22 años del 11S

El pasado 11 de septiembre se cumplió el vigésimo segundo aniversario del atentado de la red terrorista internacional Al-Qaeda (en español, “La Base”), que no solo causó revuelo y conmoción a nivel mundial, sino que significó la persecución y asesinato del líder yihadista Osama Bin Laden (cuyo cuerpo descansa en las profundidades del Mar Arábigo), además de un cambio rotundo en las relaciones internacionales.

El presidente Joe Biden asistió a una ceremonia realizada en una base militar en Anchorage, Alaska, mientras que la vicepresidente Kamala Harris se unió al acto en la Plaza del Museo y Memorial Nacional en el Bajo Manhattan, New York, construido en honor a lo que fue el suceso más mortífero en la historia estadounidense, y del cual siempre quedarán secuelas.

Cabe recordar que casi 3.000 vidas fueron cobradas luego de que un puñado de aviones secuestrados por pilotos kamikazes de dicha red terrorista acabasen estrellándose contra el complejo del World Trade Center, el Pentágono y Shanksville, Pensilvania, y lo que más enfureció al gobierno presidido en aquel entonces por George W. Bush fue que, procedente de una millonaria familia árabe de la empresa constructora, la cabeza del atentado se trató de alguien que, previamente, estudió en suelo americano.

Tratándose de un conflicto interno, al poco tiempo escaló y cambió para siempre la política exterior.

El colapso de ambas torres desencadenó una columna de humo que contenía 400 toneladas de asbesto pulverizado y otros materiales peligrosos en todo el Bajo Manhattan. Según fuentes de National Geographic, se estima que entre 410.000 y 525.000 personas, incluidos más de 90.000 trabajadores, estuvieron expuestas al polvo tóxico durante los esfuerzos de rescate, recuperación y limpieza que siguieron al ataque. El polvo del World Trade Center estaba formado por aproximadamente: 50% materiales de construcción no fibrosos, 40% vidrio y otras fibras, 9,2% celulosa procedente de papel desintegrado y 0,8% amianto.

Desde entonces, quedó claro que la exposición a estas toxinas tuvo un efecto duradero en la salud de aquellos que trabajaron en el sitio. Muchos desarrollaron enfermedades respiratorias crónicas, cánceres y otros problemas de salud graves.

Ese día “éramos un país, una nación, un pueblo, como debe ser. Esa fue la sensación: que todos nos unimos e hicimos lo que pudimos, donde estábamos, para tratar de ayudar”, dijo Eddie Ferguson, jefe de bomberos del condado de Goochland, Virginia.

El condado predominantemente rural, de 25.000 habitantes, adyacente al lugar del atentado, celebra no solo una sino dos conmemoraciones del aniversario: un servicio matutino centrado en los socorristas y una ceremonia vespertina en honor a todas las víctimas.

Otras comunidades de todo el país rinden homenaje con momentos de silencio, repique de campanas, vigilias con velas y otras actividades. Más de un tema musical se hizo en honor al suceso. En Columbus, Indiana, los despachadores del 911 transmitieron un mensaje conmemorativo a la policía, los bomberos y las radios de servicios médicos de emergencia en toda la ciudad de 50.000 habitantes, que también celebra una ceremonia conmemorativa pública.

Los boy acouts y girl scouts izan y bajan la bandera en una conmemoración en Fenton, Missouri, donde un “Monumento a los Héroes” incluye una pieza de acero del World Trade Center y una placa en honor a una de las víctimas del 11 de septiembre, Jessica Leigh Sachs, pasajera de uno de los aviones secuestrados. Algunos de sus familiares viven en el suburbio de St. Louis de 4.000 habitantes.

Artículo elaborado especialmente para puntocero por Germán Nonell.