3D: Maneglia y Schémbori

Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori denotan en su cine la fascinación propia de quien anhela la grandeza de su patria. Los directores toman elementos distintivos de su Paraguay natal y los unen en forma de cine fantástico y aventurero, para lograr piezas que funcionan en sí mismas con gran solvencia.

En sus dos películas publicadas hasta el momento («7 Cajas» y «Los Buscadores»), la propuesta de encontrarle la aventura a la identidad se sobrepone a la intención de dar mensajes que sean más pesados que la ficción misma. Por su parte, la estética de los directores busca la realidad en los rostros de sus protagonistas y la fábula en sus historias.

Queda hecha la propuesta a recorrer la obra de Maneglia y Schémbori que, sin dejar de hablar en Guaraní, pisan fuerte en Paraguay y más allá de sus fronteras.

7 Cajas (2012)

«Estuvimos de acuerdo en Santo y Seña que la lechuga sería la plata», exclama el carnicero Don Darío en diálogo con el mafioso Luis. «Siempre te dije que el tomate era la plata», reprocha Luis, notoriamente agitado: «¡Cuando te dije dividir el tomate en 7, me refería a los 250 mil dólares!… y si vos entendiste mal… ¿qué puta es lo que enviaste en las cajas?».

La trama de «7 Cajas» gira al rededor de un intrincado y bien pensado guion que se devela a cuentagotas. La historia de Víctor, un joven carretillero del sofocante Mercado 4 de Asunción, quien se desvive por tener un celular de última generación, se va transformando poco a poco en un relato de mafias, asesinatos y corrupción. De movimientos bruscos en sus planos y fuerza en las imágenes, «7 Cajas» es un buen rompecabezas de misterio y adrenalina.

El Mercado 4 de Asunción es el escenario perfecto para un thriller. Su dinamismo lleno de los colores y los rudimentos típicos de los grandes mercados latinoamericanos le agregan pimienta al ya movido ritmo que tiene «7 Cajas». Todo sucede allí en ese heterogéneo universo de personalidades fuertes y relegadas en el cual el dinero es la única forma de llegar a las ambiciones, nobles, o no, que tienen sus habitantes.

Todos los personajes de «7 Cajas» tienen motivos reconocibles en Sudamérica: desde un muchacho mareado por la inaccesible tecnología y la televisión, a la imposibilidad de comprar un remedio porque es importado, pasando por la misoginia, la inseguridad y la explotación laboral, entre otras cosas. Sin embargo, la película no busca hacer solo una crítica social sino apoyarse en ella para meter al espectador en una ficción entretenida y llena de tensiones.

De envidiable creatividad a la hora de su despliegue, «7 Cajas» encuentra en los condimentos sudamericanos no una causa sino los ingredientes justos para cocinar un thriller más que interesante.

Los buscadores (2017)

«Plata Yvyguy», googlean Manu y Fito en un rústico cyber, para averiguar si la leyenda sobre la cual se basa el mapa que llegó a sus manos es real. Tras investigar algunas cosas sobre el tesoro escondido, la electricidad se corta y el dueño del local se introduce entre los muchachos con un calmo «se suele apagar, nomá’ luego». Y sobre la información, el hombre agrega que la historia es verdadera, que existe un botín enterrado en algún lugar y que este solo se muestra ante las almas nobles. «Eso sí», advierte ante el cuidadoso oído de Manu y de Fito, «si la Plata Yvyguy te elige, hay que saber ver las señales», dice, y vuelve la luz.

La leyenda popular paraguaya Plata Yvyguy trata sobre un tesoro escondido en territorio guaraní durante la conquista de la Triple Alianza, aquella guerra entre 1864 y 1870 en la cual el eje Argentina-Brasil-Uruguay redujo sin piedad a Paraguay. A 150 años del conflicto, «Los Buscadores» pone en ficción la pesquisa de la riqueza enterrada en la época en la cual Paraguay perdió los territorios de Mato Grosso do Sul, Misiones y Formosa, y aproximadamente el 60% de su población fue asesinada.

«Los Buscadores» se desarrolla en torno a Manu, un canillita del barrio popular Chacarita de Asunción, a quien su abuelo le obsequia un misterioso libro que lo aventura en la búsqueda de 60 piedras de esmeralda y una cruz de oro. Ayudado por su amigo Fito y por el dueño de un cyber, la ambición por encontrar el dinero escondido es el principal motivante de Manu, cuyas necesidades económicas son urgentes.

Lejos de huírle a las coincidencias que parecerían rellenar un guion con huecos, «Los Buscadores» ataca de frente a las casualidades y las transforma en parte de su contenido. De subtramas que agregan ritmo y planos inteligentes que introducen al espectador en el mapa del tesoro, «Los Buscadores» construye un suspenso suficientemente sólido, misterioso y entretenido.

Apoyada sobre los mitos locales y la fe de su pueblo, «Los Buscadores» reafirma a cada momento que más valioso que el tesoro en sí, son la historia y la familia. Su final esplendoroso a nivel visual y el humor que la recorre, suman a una película que cumple perfectamente con sus expectativas.