Argentinos descubren cura para cáncer de pulmón

El 24 de septiembre de 1994 el por entonces ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, mandaba literalmente a una científica argentina «a lavar los platos», en lo que fue la mayor demostración pública de las políticas públicas del gobierno de Carlos Saúl Menem para con la investigación científica.
Afortunadamente, muchos de estos hicieron caso omiso a la indiferencia del Estado y siguieron trabajando. Por eso, hoy y luego de casi 20 años de investigación, un grupo de 90 especialistas argentinos junto a científicos cubanos desarrollaron la primera vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón, llamada «Racotumomab».
Vale destacar que esta «no previene el tumor pero promueve la destrucción mediante la activación del sistema inmune del propio organismo», tal como comunicó el Grupo Insud, que apoyó y participó en este trabajo.
Entre los principales resultados demostrados tras los ensayos clínicos controlados, se triplicó el porcentaje de afectados que lograron vivir posteriormente al consumo de la vacuna. Este descubrimiento «está indicado para casos de cáncer avanzado o con metástasis, en enfermos que hayan recibido quimioterapia o radioterapia y que se encuentren estables. Se administra a través de inyecciones intradérmicas y produce una potente respuesta del sistema inmunológico», detalló Daniel Alonso, director científico del Consorcio de Investigación y Desarrollo Innovador.
Argentina será el primer país del mundo en utilizar Racotumomab como tratamiento y estará disponible para su venta desde el próximo mes de julio. Además, se aprobó la licencia en Cuba y se comercializará en 25 países de América y Asia.

Cáncer de pulmón

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta afección es considerada una de las más letales y causa, aproximadamente, un millón y medio de muertes al año en todo el mundo.
Finalmente, la vacuna desarrollada entre científicos de Argentina y Cuba «induce al cuerpo a reaccionar contra el antígeno, ataca al tumor y sus metástasis, pero no al tejido normal», explicaron desde el Instituto de Inmunología Molecular de La Habana. El objetivo de la terapia es «cambiar el paradigma en el tratamiento del cáncer para mejorar la calidad de vida de los pacientes», detalló Hugo Sigman, líder del equipo que trabajó y hoy, después de casi dos décadas, ve con orgullo sus resultados.