Consumo cebado

El primer trimestre del año concluyó con una abrupta caída en las ventas y el consumo minorista, acompañada de aumentos en las tarifas de los servicios, además de una ola de despidos en el sector público y privado que ponen en jaque la situación socioeconómica del país.

Pero hay un sector que parece haber sorteado la crisis, pese a haber aumentado cerca de 100% su valor de comercialización en cuatro meses, y es el de la yerba mate. Por el contrario, el primer bimestre de 2024 deja como saldo un incremento de 6,2% en las ventas en relación al mismo periodo del año anterior. En detalle, se trata de un total de 23.057.648 kilos en febrero, incluidos los 2.902.116 en exportaciones. Si sumamos los números durante el primer mes del año, la cifra es de 48.633.392 kilos vendidos. Así lo informó el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).

En cuanto al formato más elegido por las y los consumidores, el paquete de medio kilo representó en febrero el 56,42% de las salidas de molinos al mercado interno, seguido por el de un kilo (37,73%), sin estampillas (2,98%), el envase de dos kilos (1,60%) y el de 250 gramos (0,90%). En resumen y de acuerdo al dato histórico que compartió INYM, los dos formatos más vendidos abarcan casi el 95% del consumo argentino.

«A pesar de un contexto climático desfavorable que complicó la cosecha y una caída en la demanda de varios productos de la canasta familiar, la yerba mate se mantuvo firme y cerró el año pasado con una salida de molino hacia el mercado interno de 285.430.373 kilos (casi diez millones de kilos más que en 2022). Algo similar ocurrió con las exportaciones, donde las diversas acciones realizadas para consolidar la presencia de la yerba mate argentina en el exigente mercado internacional lograron que los embarques sumen otros 39.691.203 kilos», comunicaron desde el organismo, que comenzó el mes de abril con una noticia desalentadora.

El Gobierno Nacional anunció la desregulación del mercado de la yerba mate, además de quitarle la potestad al INYM para fijar precios de referencia. Con esta medida, desde este mes cada marca podrá establecer cuánto cuesta en góndola. Al respecto, el titular de la entidad, Jonás Peterson, advirtió que «cuando inicia la zafra gruesa, los productores tenemos la necesidad de vender rápido antes de que se pierda la hoja. Entonces, nuestro poder de negociación es muy bajo porque la industria sabe que tenemos que venderles sí o sí», y explicó que «la intervención del instituto evitaba que se aprovechen de esa desventaja y nos hagan ofertas irrisorias». Además, sobre la decisión del gobierno que encabeza Javier Milei, Peterson augura: «Nunca vi que cuando las condiciones favorecen a la industria, los valores en las góndolas se trasladen en beneficio del consumidor. Por el contrario, generalmente el consumidor termina pagando más el producto final, mientras que el productor recibe cada vez menos por su materia prima».

En un sector consolidado y que, de alguna forma, no se vio directamente afectado por la situación socioeconómica actual, se presenta un escenario en el que podremos corroborar el comportamiento del «libre mercado» y conocer con certeza si esto provocará un equilibrio en los precios para favorecer al consumidor. Los antecedentes de la desregulación y la ausencia de organismos de contralor en Argentina invitan a vislumbrar un horizonte amargo, como un buen mate.