Crianza positiva y neurodesarrollo

¿Qué es la crianza positiva? Es un modo de crianza que se basa en el respeto y el desarrollo del pleno potencial del niño o niña. Promueve la autónoma e independencia. ¿Esto quiere decir que es totalmente permisiva y deja al infante elegir sobre sus propios actos? ¡Claro que no!

Este tipo de crianza instaura límites y propone acompañar desde el amor incondicional, el respeto, la empatía y la igualdad, bajo la disciplina interior de quien está criando, pero esto, ¿qué quiere decir? El adulto es quien debe autorregularse, debido a que es el modelo para ese niño o niña y aprenderá acerca del manejo de emociones, a partir de ello.

¿Cómo sucede?

A través de células nerviosas responsables de que imitemos conductas de otra persona, denominadas neuronas espejo. Entonces, estas les proporcionan a los niños la posibilidad de interpretar las emociones de sus padres y estos últimos de acceder al mundo mental de sus hijos (Fernandez & Schwindt, 2022).

¿Por qué es importante educar de esta manera? Los seres humanos no estamos completamente atados a la genética sino que podemos construir los cimientos sobre los cuales, los genes se expresan y en ello, el modo de vida y la manera en que alojamos a la niñez, tiene mucho que ver.

El estilo de vida moderno, la malnutrición, los cambios de estructura familiar, la privación del sueño, la precisión social o académica, el acceso desmedido a la tecnología y a las redes sociales y la pandemia (COVID-19) crearon un ambiente que puede exacerbar problemas de salud, en especial, en aquellos que son genéticamente vulnerables (Fumero, 2024). No es casual que, en los últimos años, haya un aumento alarmante de diagnósticos del neurodesarrollo.

Es esencial, entonces, considerar a la crianza como un factor ambiental determinante, con el fin de desarrollar intervenciones efectivas que promuevan la prevención y el tratamiento de los obstáculos que se presenten.

¿Qué podemos hacer para llevar adelante la crianza respetuosa? Pedir ayuda a un profesional de la salud, reducir el tiempo de uso de pantallas (en especial por la noche). También, habitar espacios naturales, establecer rutinas, adjudicar a los niños y niñas responsabilidades (cuidado del hogar, cuidado de uno mismo, control de movimientos, enseñar normas de cortesía). El tiempo es hoy, no esperes más para empezar.

Artículo elaborado por la licenciada Agripina Sánchez Menta (MP 201.688).