El planeta respira

La suspensión de vuelos y cruceros, las fronteras cerradas y el confinamiento obligatorio en gran parte del mundo son algunas de las medidas que hoy permiten al planeta respirar un aire menos contaminado y salir de su área de protección a animales silvestres en todo el globo terráqueo. La pandemia por coronavirus redujo la actividad económica, pero también la contaminación a nivel mundial aporta mejoras localizadas en la calidad del aire.

Según el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copérnico (CAMS) que proporciona un análisis diario de la concentración por hora de los contaminantes atmosféricos reguladores, es posible confirmar una tendencia de reducción gradual de aproximadamente el 10% semanal durante las últimas cuatro a cinco semanas en el norte de Italia, donde están disponibles observaciones densas de la superficie del dióxido de nitrógeno contaminante (NO2). Este análisis puede servir para evaluar cuantitativamente y con más detalle los cambios en las concentraciones identificadas desde el satélite y atribuidas a los efectos de la parálisis mundial resultado del COVID-19.

El secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas, afirma que «a pesar de las reducciones locales en los niveles de contaminación y de la mejora de la calidad del aire, sería irresponsable subestimar los colosales retos para la salud mundial y la gran pérdida de vidas a escala global que entraña la pandemia del COVID-19». También hace referencia a la necesidad de plantear estrategias que permitan utilizar los paquetes de estímulo económico como base para una transición a largo plazo hacia prácticas personales y negocios más respetuosos con el medioambiente y el clima.

La Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG) de la OMM coordina las actividades mundiales de realización de observaciones de alta calidad y a largo plazo de las concentraciones de gases de efecto invernadero. Se entiende por emisión la cantidad de gas que va a la atmósfera, y por concentración la cantidad que permanece en ella después de las complejas interacciones que tienen lugar entre la atmósfera, la biósfera, la litósfera, la criósfera y los océanos, así lo informa en su página web.

Según el Instituto de Tecnología de Massachusets (MIT), en China (lugar donde inició el virus y se detuvo primero la actividad humana) e Italia el porcentaje de disminución de contaminantes en el aire es de 25% en cuatro semanas de prohibición de transporte e industrias. «La experiencia acumulada indica que las disminuciones en las emisiones producidas durante crisis económicas van seguidas de un rápido repunte. Debemos cambiar esa tendencia», explica Taalas.

Frente al contexto actual, el secretario insta a los gobiernos y sociedades a continuar con un cambio de conciencia que permita reducir efectivamente y a largo plazo la contaminación y los gases de efecto invernadero. «El mundo tiene que demostrar la misma unidad y compromiso con la acción climática y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que con la contención de la pandemia de la enfermedad provocada por el coronavirus», añadió. «El fracaso en la mitigación de los efectos del cambio climático podría entrañar mayores pérdidas económicas y de vidas durante los próximos decenios», señaló.