Golpe de Estado en Myanmar

Myanmar comienza el año con un Golpe de Estado luego de un par de meses desde las elecciones legislativas realizadas en noviembre y apenas iniciadas las sesiones ordinarias con el nuevo Parlamento.

De esta manera, las Fuerzas Armadas del país tomaron el poder y desplazaron el gobierno de Aung San Suu Kyi, que anunciaron la finalización de la medida cuando se realice un nuevo sufragio. Además, el Ejército comunicó que asumen el rol en el Estado por el término de un año y detuvieron a la mandataria, a quien acusaron de «enormes irregularidades» en la votación que ganó por mayoría la Liga Nacional para la Democracia (LND), de la cual forma parte. Desde el partido afirmaron que «las acciones de los militares llevan de nuevo al país a la dictadura».

La propia Suu Kyi, ganadora del Premio Nobel de la Paz hace treinta años, instó a la ciudadanía a no aceptar el Golpe de Estado.

Con las milicias desplegadas en las calles y el corte de las conexiones de internet y dispositivos móviles, el general Min Aung Hlaing fue designado nuevo presidente de facto y se declaró el Estado de Emergencia en la nación antes llamada Birmania. «Pondremos en funcionamiento una auténtica democracia pluripartidista», afirmaron a través de un comunicado publicado en Facebook.

Rápidamente, este accionar despertó críticas en el ámbito internacional. «Estados Unidos se opone a cualquier intento de alterar el resultado de las recientes elecciones o impedir la transición democrática en Myanmar y tomará acciones contra los responsables si esas medidas no se revierten», expresó la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki. En la misma línea, India dio su parecer: «Observamos con mucha preocupación los hechos en Birmania. India siempre aportó apoyo constante al proceso de transición democrática en Myanmar. Pensamos que el estado de derecho y el proceso democrático deben ser respetados». El alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, tuiteó lo siguiente: «Condeno enérgicamente el Golpe de Estado llevado a cabo por los militares de Myanmar y pido la liberación inmediata de los detenidos».

Así, Myanmar vuelve a estar bajo un régimen militar luego de solamente una década de democracia cuando en 2010 liberaron (tras 15 años de arresto) a la mandataria destituida y un año después se disolvió la Junta Militar, aunque el Ejército conservó el poder y controlaba los Ministerios de Defensa, Fronteras y del Interior.