La cultura que (no) viene

Dentro de la danza de nombres para conformar el nuevo Gabinete Nacional, un nombre definido por el presidente electo Javier Milei es el de Leonardo Cifelli, para ser el flamante secretario de Cultura. Su perfil apareció hace unos cuantos días, mucho antes del balotaje. Es productor teatral y musical, y con un paso como funcionario en la gestión de Ángel Mahler, en la Jefatura de Gabinete del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires entre 2016 y 2017.

“Contratar artistas y pagarles una fortuna se terminó. El recorte va a ser de un 33%”, declaró Cifelli, quien también agregó: “Tenemos un equipo de 20 personas y estamos definiendo los directores del Cervantes, el CCK y Tecnópolis”. Entre sus antecedentes en el sector privado se encuentra la producción de “Drácula, el musical”, “Priscila, la reina del desierto” y otras adaptaciones locales de éxitos internacionales.

El cambio de denominación de Ministerio a Secretaría implica necesariamente un recorte presupuestario y, principalmente, una pérdida en la autonomía para el manejo de los fondos, porque estará bajo la dinámica de otra cartera. Todavía resta definirse si se tratará de la Jefatura de Gabinete o del Ministerio de Economía.

Ante una consulta sobre la implementación de impuestos a las plataformas de streaming, Cifelli respondió: “Sería contraproducente cobrarles impuestos, necesitamos que apuesten en el país con puestos de trabajo y producciones”. De tal forma, queda desestimada la posibilidad planteada por algunos legisladores, hoy oficialistas, de elaborar un proyecto de ley para copiar los ejemplos de países europeos como Francia, en donde las plataformas extranjeras pagan gravámenes para su operatividad en el país, que conforman un fondo que permite la continuidad de proyectos locales. Todavía no trascendió el nombre del futuro presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), una designación que habitualmente recae en el Poder Ejecutivo de la Nación.