La última vez de Cristina

En lo que fue su último discurso como mandataria ante la Asamblea de las Naciones Unidas, Cristina Fernández de Kirchner repasó algunas de las principales disputas que tuvo durante su mandato: los fondos buitres, el caso AMIA y el memorándum con Irán.

En el inicio de su discurso, la mandataria agradeció al organismo la aprobación del proyecto impulsado por su gobierno para reestructuración de deudas soberanas. «Señor Presidente de la Asamblea, miembros de esta honorable Asamblea, permítanme en primer lugar agradecer un hecho muy relevante y que tuvo lugar en este mismo ámbito el 10 de septiembre de este año cuando la Asamblea, por 136 votos positivos, decidió aprobar los principios rectores para la reestructuración de deudas», señaló.

«Esta aprobación de los principios básicos para la reestructuración de deudas soberanas no significa una ayuda a la Argentina, es una ayuda para el resto del mundo, es el primer intento serio de poner regulación a un sector como es el financiero», sostuvo la Presidente. «Esto aprobado el 10 de septiembre es un avance importantísimo que debe ser consecuente. El mundo no está nada bien. Podríamos hablar de las crisis de refugiados, depredadores financieros. Los refugiados producto de los señores de la guerra. Pero el proceso de concentración económica es inédito en el mundo. Según el último informe del FMI el 1% concentra el 50% de la riqueza, aquí mismo en este país que supo protagonizar el sueño de las clases medias americanas», expresó la Jefa de Estado en New York.

Además, Cristina Fernández de Kirchner mencionó que «llegamos al 2014 con una caída fuerte de la demanda mundial y vemos cómo el tren de la crisis, esa locomotora de Lehman Brothers, pasó a Europa y ahora intenta ser trasladada a las economías emergentes». «Fuimos las que hemos sostenido el crecimiento de la economía mundial, incluyendo la Argentina pese al hostigamiento de los fondos buitre que no cobran pero tampoco dejan que lo haga el 92% de los acreedores, con la complicidad de cierto sector judicial de este país», destacó.

En ese marco, repasó las recientes crisis económicas mundiales y mencionó que «en 2010 se va al rescate de países endeudados. En realidad todos sabemos que es un eufemismo. Se fue a rescatar a los bancos. Miles de millones se transfirieron a las entidades bancarias». Además, remarcó lo hecho por el kirchnerismo con la deuda argentina y subrayó que «el mayor crecimiento lo protagonizaron precisamente los países emergentes y principalmente impulsados por los gigantes asiáticos», a la vez que sostuvo que «Argentina pudo reconstruir la economía y la sociedad cuando la política volvió a tomar el comando de la economía a partir del 25 de mayo de 2003».

Respecto del acuerdo con Irán por el caso AMIA, Cristina precisó que «en el año 2013 firmamos el Memorándum de Entendimiento con Irán para destrabar la cuestión judicial de la causa AMIA, el atentado se produjo en 1994 y estamos hablando en 2013, otros gobiernos habían sucedido, nosotros tratábamos de luchar contra el terrorismo, memoria verdad y justicia de llegar a encontrar y castigar a los culpables ese fue el objetivo».

«Sin embargo, al firmar el Memorándum fue como si se hubieran desatado demonios», remarcó y consideró que esos cuestionamientos se hicieron con «mucha hipocresía, mucha geopolítica mezclada en el medio y muy poco interés por saldar la memoria y justicia de las víctimas» del atentado. En ese sentido, la Presidente criticó a las «organizaciones pagadas por los fondos buitres» en Estados Unidos para «criticarnos, difamarnos y agraviarnos con que éramos cómplices del régimen iraní». En consecuencia, la mandataria manifestó que «si somos cómplices del régimen iraní, entonces, ¿qué es el presidente Barack Obama?», en referencia al acuerdo nuclear logrado por Estados Unidos y las potencias occidentales con Irán.

Por otra parte, Cristina Fernández de Kirchner calificó al caso AMIA como «un complicado tablero de ajedrez de la política internacional y una telaraña de intereses externos a la Argentina». En ese sentido defendió lo hecho por el gobierno para esclarecer el ataque y remarcó que en la investigación de la muerte del fiscal Alberto Nisman comenzaron a «aparecer datos reveladores y estremecedores de vinculación con servicios secretos externos, con cuentas en el exterior y vinculaciones con los fondos buitre». También pidió ayuda a que Washington y Teherán para poder resolver el atentado. Respecto de este tema, dijo que Estados Unidos «protege» al exagente de la Secretaría de Inteligencia, Jaime Stiuso, y solicitó la colaboración de su gobierno para conocer «en qué calidad se encuentra» en ese país. Sin nombrarlo dijo que lo había removido en diciembre pasado por sus sospechas de que «entorpecía» la investigación por el atentado a la AMIA.