Así de sencillo como suena el «descubrimiento», también puede resultar en un gran cambio a la hora de evitar el uso de pesticidas y aprovechar al máximo el espacio y la calidad de los cultivos.
Se trata de la experiencia llevada adelante en la Universidad de Copenhagen, Dinamarca, en la que un grupo de investigadores cambiaron el patrón de sembrado y, con esta simple lógica, redujeron en casi el 72% el crecimiento de los «yuyos» (la maleza) y el rendimiento de la cosecha aumentó hasta un 45% sin la necesidad de utilizar productos químicos que afectan la salud del consumidor y dañan el medio ambiente.
Los lugares en los que se obtuvieron estos resultados fueron campos de trigo y de maíz en Dinamarca y Colombia, respectivamente, que se dieron como consecuencia del cambio en el patrón de red para la plantación de las semillas, del tradicional en filas o hileras hacia uno en red.
«Nuestros resultados demuestran que el control de malezas en los campos mejora con el abandono de técnicas tradicionales de siembra. Los agricultores de todo el mundo siembran así sus cultivos. Nuestros estudios con trigo y maíz sembrados en un modelo de red suprimen el crecimiento de malezas. Esto proporciona una mayor cosecha en los campos propensos a tener grandes cantidades de maleza», detalló Jacob Weiner, el responsable de la investigación.
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