Una película de terror…

Este jueves 28 de octubre se estrena en salas «Lo inevitable», una película dirigida por Fercks Castellani y protagonizada por Juana Viale, Luciano Cáceres y Daryna Butryk.

En una noche cerrada y de tormenta, una familia tiene un accidente de auto y decide refugiarse en una casa cercana, aparentemente abandonada. La radio anuncia un eclipse y el inminente Juicio Final, y esta familia parece fuertemente influenciada por profecías religiosas.

En los últimos años, el cine de género argentino se reencontró con su identidad local en algunas películas notables como «Muere monstruo muere«, «Aterrados«, «Los que vuelven» o «Historia de lo oculto«, por ejemplo. El habla, los espacios y el emplazamiento en un tiempo y espacio determinados les da un marco importante sobre el cual desplegar las historias que cuentan. Y la intención de traer estos casos puntuales es la de generar un contrapunto respecto de «Lo inevitable», por el hecho de construirse sobre bases endebles que no establecen rasgos localizables a ningún tiempo y espacio definidos. Lejos de pensar en un descuido, pareciera que deliberadamente la puesta en escena se hubiera trabajado en pos de un paquete genérico y particularmente anticuado.

El registro teatral apoyado de forma excesiva en la palabra, además, se presenta mediante diálogos que evaden constantemente el conflicto, los personajes discuten con frases cercenadas como si eso incrementara el misterio sobre lo que no sabemos como espectadores y, lamentablemente, queda muy pronto en evidencia una clara falta de ideas que lleva a la repetición de este único recurso hasta el hartazgo.

La idea sería entrar en esta familia y sus secretos oscuros, que el contexto apocalíptico con notas sobrenaturales funcione como el contexto propicio para desarrollar un aspecto más revelador sobre sus profecías y sus verdaderos motivos para hacer lo que hacen. El punto es que en la película no se hace demasiado más que discutir de forma recitada y, al no haber progreso argumental o arco de transformación de los personajes, la revelación final llega sin fuerza y sin demasiada importancia.