Bebidas energizantes: aliadas o enemigas

En la Argentina se venden aproximadamente unas 125 millones de latas de energizantes al año y el consumo nocturno supera el 20%, de acuerdo con cifras de la Cámara de Fabricantes de Alimentos Dietéticos y Afines (CAFADYA).

Un equipo de investigadores que trabaja en la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya había advertido, en 2014, que el incremento del consumo de bebidas energéticas podría suponer un problema para la salud pública.

Marketing que daña

«El marketing agresivo de las bebidas energéticas hacia las personas jóvenes, combinado con una regulación limitada y variada han creado un ambiente donde este tipo de bebidas podrían representar una amenaza significativa para la salud pública», dice el estudio de la OMS.

El problema principal radica en el consumo de altas cantidades de cafeína contenidas en las bebidas energéticas que reduce la somnolencia, sin disminuir los efectos del alcohol que resulta en un estado de «embriaguez muy despierta por más tiempo con la oportunidad de seguir bebiendo. Esta práctica ha incrementado los riesgos para la salud de los adolescentes, quienes encuentran en el energizante una oportunidad para continuar alerta durante muchas horas, ingiriendo alcohol y otras sustancias».

Los riesgos para la salud se deben, principalmente, a la cafeína que contienen, aunque los responsables de la revisión, publicada en la revista Frontiers in Public Health, afirman que son necesarios más estudios a fin de evaluar los efectos a largo plazo de la combinación con otros ingredientes como la taurina o el guaraná.

Según el estudio «Hábitos de consumo de bebidas energizantes en Población Argentina de 18 a 40 años», desarrollado por el Código Alimentario Argentino, concluye que el consumo de las Bebidas Energizantes se produce en situaciones sociales, principalmente en bares y discotecas.

En la discoteca aumenta considerable el consumo, tanto que es alrededor de 10 veces mayor al consumo ocasional hogareño y quintuplica el consumo en eventos sociales hogareños. A pesar de que los energizantes son vendidos libremente, publicitados por sus fabricantes como elemento indispensable para los deportistas para reponer los nutrientes y energía. De esta encuesta surge que en la práctica son consumidos en los bares y discotecas y el 59% de los encuestados las mezcla con bebidas alcohólicas.

El estudio también reveló el alto porcentaje de encuestados, que relacionó su consumo (38%) con mayor éxito en la vida, posiblemente debido a los estereotipos y actitudes que se muestran en las campañas publicitarias. Esto explicaría por qué una de las marcas comerciales más elegidas por los participantes (70%) sea Speed, la que utiliza más difusión mediática. Ante estos resultados, se percibe la importancia y la necesidad de intervenciones para la prevención del consumo de bebidas energizantes.