Congreso de trabajadoras del hogar

Este año, Buenos Aires se convirtió en la sede del IX Encuentro Latinoamericano y del Caribe de Trabajadoras del Hogar, organizado por La Gran Alianza Latinoamericana y del Caribe de Trabajadoras del Hogar y la Asociación de Mujeres Unidas Migrantes y Refugiadas en Argentina (AMUMRA).

El evento asume la decisión política de exponer, evaluar y generar  estrategias colectivas que, posteriormente, se expresen en políticas públicas que mejoren la calidad de vida de las trabajadoras de casas particulares.

Bajo la consigna «Uniendo voces, transformando vidas: Luchando por pensiones justas y protección para las trabajadoras del hogar», el congreso se desarrolló hasta el domingo 29 de octubre a través de mesas temáticas, conversatorios y plenarias.

El acto de apertura tuvo como sede el Salón de las Provincias del Senado de la Nación, donde las oradoras enfatizaron acerca de las condiciones de informalidad, el acceso a la justicia y el importante rol que cumplen estas trabajadoras en la economía nacional.

La senadora Nora del Valle Giménez (Unidad Ciudadana) fue la primera en tomar la palabra para agradecer la convocatoria: «Las mujeres tenemos que hacer un enorme sacrificio para organizar las cosas de nuestro hogar, el trabajo, cubrir los costos y disponer de estas horas que valen oro al momento del debate y de estos espacios de intercambio para conseguir mas derechos». En esa línea destacó el rol de la actual presidenta del Senado, Cristina Fernández de Kirchner, en el reconocimiento de las trabajadoras durante su gobierno.

Cabe destacar que en 2013 tuvo lugar la creación del Régimen de Trabajadoras Particulares en reemplazo de un marco normativo de 1956, creado a través de un decreto del entonces dictador Pedro Eugenio Aramburu. Si bien la ley vigente las equipara con otros trabajadores, la realidad es muy diferente por diversos factores.

En principio, es crucial entender que las labores domésticas y de cuidado cuentan con un alto grado de feminización. Del mismo modo, muchas de las mujeres que se emplean son jefas de hogar, tienen hijos o hijas o, incluso, adultos mayores a cargo, provienen de situaciones de vulnerabilidad y bajos recursos económicos.

A este panorama sumamos las condiciones de los empleadores que, en algunos casos, se niegan a registrar, privando así a estas mujeres de un ingreso económico acorde a la ley, aguinaldo, jubilación y, por ende, la posibilidad de una vida digna.

En este aspecto, la doctora Mariela Pisano, representante legal de AMUMRA, sostuvo que «la pandemia de COVID-19 fue importante para concientizar acerca del rol y la importancia de las trabajadoras del hogar», generándose en consecuencia políticas públicas, tal como el programa Registradas.

Ahora bien, este congreso justamente viene a plantear que lo conquistado hasta ahora en materia de derechos laborales y sociales ya no es suficiente, las voces de estas mujeres deben ser escuchadas y valoradas.

A modo de cierre, algunos datos a tener en consideración sobre la coyuntura actual: la Organización Internacional del Trabajo (OIT) informa que en el mundo existen 75,6 millones de trabajadoras domésticas; en América Latina y el Caribe se encuentran 14,8 millones de ellas, representando el 19,6% a nivel mundial, con un 93% de mujeres.

Podés contar con más información sobre el evento en @amumraddhh.