La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, despidió este lunes a cuatro funcionarios de la cartera bajo la conducción de Pablo De la Torre, también removido de su cargo al frente de la Secretaría Nacional de Adolescencia y Familia, quien no entregó productos alimenticios en galpones en Villa Martelli y Tafí Viejo destinados a personas con menos recursos.
El escándalo que envuelve al Gobierno Nacional comenzó con la afirmación de Guillermo Francos, que aseguraba que la administración anterior había dejado vacíos estos galpones sin alimentos para familias necesitadas, que luego confirmaron que sí existían, pero que estaban mal gestionados. Investigaciones provenientes del arco opositor tanto como de diversos periodistas descubrieron que Roberto García Moritán designó 384 personas en el Ministerio que no asistían a su lugar de trabajo (lo que comúnmente se describen como «ñoquis») y que debían «devolver» un porcentaje del sueldo, de aproximadamente un millón de pesos, para aumentar la caja de La Libertad Avanza. Muy lejos del «no hay plata» de Javier Milei, el «marido de Pampita» contrató un equipo de rugby del Colegio Lasalle para cumplir estas «funciones», que cuentan con la firma de Pettovello, otrora productora de La Cornisa Producciones (que ponen en pantalla a Luis Majul) antes de su repentino paso a la función pública.
Al respecto de los despidos publicados este lunes en el Boletín Oficial, la autopercibida psicóloga Pettovello (así pedía ser presentada en el programa radial en el que hacía una columna, pese a no tener título), los nombres vinculados al escándalo y que fueron apartados son Esteban María Bosh, director nacional de Emergencia; Héctor Calvente, subsecretario de Políticas Sociales; Fernando Cruz Molina Pico, coordinador general de la Comisión Nacional de Coordinación del Programa de Microcrédito para el Desarrollo de la Economía Social; y María Lucía Raskovsky, subsecretaria de Políticas Territoriales y Desarrollo Humano. De la Torre fue removido «a raíz de una información recibida sobre el estado y fechas de vencimiento de determinados productos adquiridos por el gobierno anterior (los cuales se encuentran en los galpones de Villa Martelli y de Tafí Viejo, en la provincia de Tucumán, del ex Ministerio de Desarrollo Social), se ha llevado a cabo una auditoría y ha decidido limitar las competencias de los funcionarios y empleados responsables que, por mal desempeño de sus tareas, no han realizado un control permanente de stock y de vencimiento de mercadería», emitió el Gobierno Nacional en un comunicado.
Con el conocimiento de lo que significa este caso de corrupción en diferentes estratos de la administración actual, el presidente Milei dio la orden de defenderla a ultranza y tuiteó: «Los ataques a Pettovello revelan el modo miserable en que opera la política. Detectan una causa noble y detrás de ella arman una montaña de quioscos de corrupción. Cuando viene un honesto/a a terminar con la corrupción y así que la ayuda llegue sin intermediarios, los muy corruptos salen en manada a denunciar falta de sensibilidad social, cuando en rigor están defendiendo el quiosco/curro. Amorales, hipócritas, chorros y mentirosos». El ministro de Economía, Luis Caputo expresó en su cuenta en la red social que «el país necesita muchas más Sandras. El problema es que hay solo una…» y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se plegó en la misma línea: «Los únicos vencidos son los gerentes de la pobreza, que ya no tienen poder de explotar a la gente. ¡Vamos, Sandra! Es el camino». Por su parte, Mariano Cúneo Libarona, su par en Justicia, compartió en X (ex Twitter): «La ministra Pettovello es genial, una persona íntegra que tiene la convicción de terminar con las mafias que toman de rehenes a los que menos tienen. Va por ellos, no duda y lo saben».
Finalmente, volvemos al inicio y, de tratarse de un «montaje» de la oposición, cabe hacerse la siguiente pregunta: entonces, ¿por qué sigue la ola de despidos y renuncias en el Gobierno Nacional?
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