¿La vida tiene que ser perfecta antes de que seas feliz? ¿Tenés que comportarte de manera perfecta y obtener resultados perfectos para sentirte contento?
Entonces no será fácil encontrar la felicidad. Poner el listón a un nivel extraordinariamente alto generalmente conduce a una baja autoestima y a la sensación de que no sos lo suficientemente buena aunque hayas obtenido muchos resultados. Pensás que todo lo que hacés no es lo suficientemente bueno, excepto en algún caso en particular.
«Nadie debería creerse perfecto, ni preocuparse demasiado por el hecho de no serlo», afirmó Bertrand Russell.
¿Cómo superar este hábito? En mi vida pasaron muchas cosas y todas ellas me ayudaron a comprender en dejar el hábito del perfeccionismo y a relajarme y, para lograrlo, comencé a aplicar estas herramientas.
Busca lo bueno
El objetivo de buscar la perfección, por lo general, deriva en un proyecto o una tarea que nunca se termina. Así que en lugar de buscar que algo sea perfecto, intentá conseguir que eso que querés hacer sea lo suficientemente bueno. No uses esto como una excusa para ser perezoso o mediocre, simplemente date cuenta de que hay algo que se llama ser suficientemente bueno y, cuando estés ahí, entonces seguramente terminaste con lo que sea que estabas haciendo.
Poné una fecha límite
Pongo fechas límite cada vez que comienzo algo nuevo. Hace aproximadamente 3 años, cuando estaba trabajando en publicar mi libro, me di cuenta que nunca era capaz de terminarlo porque siempre encontraba cosas para agregar o mejorar. Así que tuve que fijar una fecha límite, lo cual me ayudó realmente para estar a pasitos de publicar mi primer libro. Poner una fecha límite generalmente es una buena manera de ayudarte a dejar de lado la necesidad de pulir demasiado las cosas.
Date cuenta de lo que cuesta buscar la perfección
Esta fue una razón muy poderosa para que dejara de lado el perfeccionismo y es algo que me digo a mí misma si encuentro pensamientos de perfección en mi mente. Al ver demasiadas películas, escuchar demasiadas canciones y simplemente asimilar lo que el mundo te está diciendo, es muy fácil dejarse llevar por los sueños de la perfección.
Pero la vida real choca con la realidad y tiende a causar mucho sufrimiento y estrés dentro de vos y en las personas que te rodean. Puede dañar y, hasta posiblemente, llevarte a terminar relaciones personales y profesionales, proyectos y demás. Simplemente porque tus expectativas están fuera de un rango alcanzable.