La reflexión en el cargo público

Veo las noticias, escucho a los ciudadanos y funcionarios de mi país y quedo cada día más azorada ante las palabras de aquellos que tienen que protegernos. Me doy cuenta que no tienen idea del deber de semejantes cargos. Ocupan esos sillones por una cuestión de fortunio y no por un profundo estado reflexivo que los lleve a pensar: “¿Por qué quiero esto? ¿Soy sincero en mi móvil?”.
Nuestros funcionarios son servidores sociales, y serlo no es poca cosa, porque cada pensamiento y decisión que ellos tomen arrastran o elevan a la sociedad que representan. Por esta razón, pensé qué preguntas deberían responderse los políticos en momentos tan trascendentes como lo es querer tener un cargo público. Así que tomé un libro, que es casi uno de cabecera, que se llama “Reflexionen sobre esto” de Alice Bayley y leí, leí y leí, siempre con el afán de que me brinde respuestas, como si fuese un oráculo (que para mí lo es) sobre qué es ser un servidor. El libro me respondió y así, ante las páginas que leía, me surgieron estas preguntas para aquellos que han decidido o están preparándose para las próximas elecciones, puedan reflexionar si están investidos para tamaña tarea.

Foto: www.dicoruna.es
Foto: www.dicoruna.es

¿Estoy capacitado para esta tarea?
¿Estoy dispuesto a renunciar a horas de descanso por aquel que tengo que proteger?
¿Esta necesidad de estar en un cargo público es anhelo de servicio o anhelo de poder?
¿En mi vida cotidiana, soy un ser justo? ¿Me suelo poner límites?
¿Me preparé para esta tarea sabiendo que si tengo que renunciar a horas de ocio por el bien del ciudadano, lo tengo que hacer? Si responde de manera afirmativa, ¿estoy realmente dispuesto a hacerlo?
¿Estoy fortalecido tanto física, como psíquica y mentalmente para tamaña responsabilidad?
¿Cuál es mi talón de Aquiles? ¿Tengo clara cuál es mi debilidad?
Si quiero ser un “Ciudadano servidor”, ¿estoy dispuesto a dar todo?
¿Estoy dispuesto a realizar la acción por la acción en sí, sin esperar el resultado?
¿Soy individualista o tengo conciencia grupal?
¿Soy consciente de la responsabilidad social en la que me embargo?
¿Estoy dispuesto a subordinar mi vida personal a la necesidad del otro?
¿Soy capaz de dejar los antagonismos y partidismos (que lo único que logran es el sentido de separatividad) para construir en conjunto?
¿Se ha hecho carne en mi el sentido de sacrificio?
Si como humano cometo errores (algo lógico de esperar), ¿los vivo justificando o me hago cargo?
¿Cuánto tiempo llevo planeado y cuanto me he formado para llegar a este lugar?
¿Pienso, digo y siento en forma coherente, o digo una cosa y hago otra?
¿Comprendo que una palabra pronunciada, un acto pensado, y cada acción ejecutada tiene sus resultados en el entorno donde gobierno?
¿Me rodeo de los mejores o doy puestos políticos saldando deudas amiguistas?
No al ego
Y la más importante: ¿esta tarea que quiero emprender obedece a impulsos internos del alma o responde a orígenes egoístas?
Habría mucho más, pero creo que con estas, si hay una sincera razón interna y se está dispuesto a matar al “ego pequeño”, es suficiente para empezar.

Un comentario sobre “La reflexión en el cargo público

  1. el tema es que no hay prevención. Evidentemente llovió mucho milímetros, pero no es la primera vez.
    Hay que tener en cuenta que la cuidad se inunda y hacer las obras pertinentes para que se pueda circular cuando llueva

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