¿Y si en lugar de un libro pudieras elegir a una persona para que te contara su historia personal? Las bibliotecas humanas tienen esta función, y los relatos de vida que nos explican son apasionantes, trágicos a veces, pero enriquecedores siempre.
El ser humano es diverso y apasionante, también fascinante y el mejor legado de conocimiento existente. Esto es lo que albergan las llamadas bibliotecas humanas.
En esta era del libro electrónico y el audio libro, en un ámbito donde lo digital domina casi todo, la realidad es que dejamos de ir a las bibliotecas para leer libros. Sin embargo, en algunos países se ofrece en otra maravillosa opción.
Se trata de espacios donde personas cuentan sus experiencias a quien quiera escucharlas, además, con el plus de poder hacer preguntas. Esta modalidad nos brinda la oportunidad de desarrollar la empatía con otro y de encarnarse en perspectivas ajenas, corazones, pieles y miradas que, por su cercanía, hacen más vívidas y emocionantes sus historias.
Todas llegan al plano emocional y calan y pueden cambiar por completo el modo en que concebimos el mundo. Son personas que transitan esquizofrenia, trastorno bipolar, personas que sufrieron abusos, con discapacidad intelectual, ancianos contando sus historias de vida o adolescentes que vivieron en un contexto bélico.
El proyecto de las bibliotecas humanas tiene su origen en Copenhague en el año 2000. Fue durante el festival de Roskilde cuando se organizó un primer evento creado por una organización no gubernamental (ONG) juvenil danesa llamada Stop Volden (alto a la violencia). Aquella experiencia duró 4 días y en ella participaron más de mil personas. Tuvo un éxito sin precedentes.
Este proyecto original, integrador y real hace que convivan personas actoras desafiantes de estigmas, ya que en ellas hay quienes vivieron guerras, quienes superaron un trastorno de la conducta alimentaria, alcohólicos o quienes intentaron quitarse la vida alguna vez.
El objetivo de estas plataformas es transmitir aprendizajes y experiencias vividas y romper estigmas. Imaginate ser testigo en primera persona, cara a cara, y viendo al rostro a tu propio hacedor de la historia.
Podemos ver que, a través de estos eventos, se favorece la inclusión de quienes se perciben excluidos, logrando una inserción en la sociedad desde un lugar de experiencia propia. Muchos tienen la oportunidad de dar voz a sus necesidades, a sus pensamientos y realidades singulares.
En las bibliotecas humanas nadie paga nada, es suficiente con elegir a una persona y escucharla durante media hora. Luego de hacerlo, quien relata se desahoga y quien escucha se enriquece. Estas dinámicas despiertan nuestra empatía, dando paso a desterrar ciertos prejuicios.
Si lo analizamos desde el aspecto comunicacional, podemos decir que es de gran utilidad afinar nuestro oído para alentar una comunicación efectiva, la cual deberíamos tener a diario en nuestro hacer cotidiano. También en la de ser capaces de escuchar al diferente, al que sufre, al que está en desventaja, al que juzgamos con la mirada sin conocerlo antes…
Las bibliotecas humanas se conocen ya en más de 80 países repartidos en todo el mundo. Para conocer cómo funcionan y tomar contacto con sus testimonios se puede visitar su página web original. En España, por ejemplo, se suelen organizar bibliotecas en las que los libros son personas con diversidad funcional. Estas tienen la oportunidad de darse a conocer a los demás en su modo de pensar y cómo son sus vidas. Afloran ideas tabúes y termina sacando a las personas de su zona de confort.
Si bien los libros de papel pueden cambiar nuestra mentalidad, los que son de carne y hueso nos acerca aún más a nuestra propia humanidad. Esa en la que deben caer de una vez por todas nuestros prejuicios.