El año más caluroso de la historia

El 2023 fue el periodo con las temperaturas más cálidas de las que se tienen registro, 0,17 grados centígrados por encima de la anterior cifra récord en 2016.

Así lo anunció este martes el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) que, «probablemente, superan las de todos los periodos durante al menos 100.000 años», advirtió la subdirectora, Samantha Burgess. «2023 fue un año excepcional, con récords climáticos cayendo como fichas de dominó».

El alza de la temperatura media mundial el año pasado fue de 1,48°C en relación a la era preindustrial (1850 a 1900), lo que dejó una media de 14,98°C. Cabe destacar que en 2015 durante la Conferencia Mundial sobre el Clima (COP21) en la que 195 países firmaron el Acuerdo de París, se estableció el objetivo de no llegar a los 2 grados centígrados de aumento de la temperatura media a nivel global y un ideal máximo de 1,5°C, aunque esta cifra «es probable que se alcance en enero o febrero de 2024».

Al respecto del calentamiento global que transitamos, en diciembre pasado un equipo de astrónomos de la Universidad de Ginebra (UNIGE) realizó una simulación total de efecto invernadero, labor en conjunto con el Centro Nacional de Competencia en Investigación (NCCR), en el que resultado es contundente: de continuar la suba de temperaturas, la Tierra será un planeta inhabitable. «Una evaporación de apenas 10 centímetros en la superficie del océano llevaría a un incremento de 1 bar en la presión atmosférica, y en apenas unos cientos de años se llegaría a una temperatura superficial de 500 grados», alerta el profesor y líder del estudio, Guillaume Chaverot. «La evolución continuaría hasta alcanzar presiones atmosféricas de hasta 273 bares y temperaturas de 1.500 grados, en las que el agua de los océanos quedaría completamente evaporada».

Asimismo, el análisis detalla que «un planeta puede evolucionar de un estado templado como el de la Tierra a un verdadero infierno, con temperaturas superficiales superiores a los 1000°C. ¿La causa? El vapor de agua, un gas natural de efecto invernadero. Tal vapor de agua impide que la irradiación solar absorbida por la Tierra se reemita hacia el vacío del espacio, en forma de radiación térmica y atrapa el calor. Aun así, una pizca de efecto invernadero es útil: sin este, la Tierra tendría una temperatura media inferior al punto de congelación del agua, pareciendo una bola cubierta de hielo y hostil a la vida» y, «por el contrario, un exceso de efecto invernadero aumenta la evaporación de los océanos y, por tanto, la cantidad de vapor de agua en la atmósfera. A partir de ahí, todo se va arrastrando hasta que los océanos acaban evaporándose por completo y la temperatura alcanza varios cientos de grados», completa Chaverot.