Escalera a la vida

Metáfora e imaginación forman parte esencial de un camino de ida quién sabe hacia dónde.

La escalera que contemplamos nos inspira, nos impulsa a un camino de ida para explorar nuestros deseos y sentimientos. ¿Dónde queremos ir, subir, llegar, pisar, traspasar, impulsar, saltar, detenernos?

Imaginemos por un momento elegir la escalera que nos guiará a nuestro destino. Cada escalón es un paso hacia adelante, nos aproxima a la cima para alcanzar la meta. O nos baja al pavimento en caso de resbalar, fallar, tropezar… y volver a intentar.

Veámoslo así: cada escalón es un desafío, un cambio, nos interpela, nos obliga a ser fuertes para poder seguir avanzando y a veces duele, nos sentimos heridos y cansados, pero serán las cicatrices mejor ganadas. Las de la vida misma.

Escaleras largas o cortas, de piedra o de madera, empinadas o más bajas, y cuando creemos que las subimos todas descubrimos que hay más.

¿Por qué una escalera?

Porque esta representa todas las dificultades en la vida. Todos tenemos una, algunas más fáciles, otras más difíciles y casi nadie elige su propia escalera. Lo práctico y más seguro de nuestra escalera es que nosotros tomemos el mando y el orden de cómo subirla y no que la escalera manipule a su antojo qué escalón transitar primero.

¿Es un desafío? Sí, y creo que el mejor de todos los desafíos, porque necesitamos fuerza, valor y coraje en los momentos que estamos cansados y no queremos subir más. Y nos motivamos y volvemos a creer en un día más, en otro sueño fortalecido por el deseo y caminamos hacia vaya a saber uno adónde.

Recuerdo una frase: «Hasta el infinito y más allá» de la película «Toy Story». Una frase motivadora, con impulso de escalones, hacia adelante, en positivo y esperando que ocurra lo mejor que sea posible, luego de haber pasado por momentos difíciles y angustiantes en los cuales parecía que no lo lograrían…

Te dejo un ejemplo de motivación para lograr hacer algo que nos cuesta entender que se puede.

Primer escalón: no lo haré.

Segundo escalón: no puedo hacerlo.

Tercer escalón: quiero hacerlo.

Cuarto escalón: ¿cómo hacerlo?

Quinto escalón: trataré de hacerlo.

Sexto escalón: puedo hacerlo.

Séptimo escalón: lo haré.

Octavo escalón: ¡sí, se puede!