Menos sueño… más depresión

Dormir menos de 5 horas diarias puede estar directamente relacionado con el aumento de síntomas depresivos.

Así lo comunicó hace unos días el equipo de científicos conformado por Odessa Hamilton, Andrew Steptoe y Olesya Ajnakina, y que fuera desarrollado durante casi una década -iniciado en 2002- en el Departamento de Ciencias del Comportamiento y Salud de University College London (UCL) y el Departamento de Bioestadística e Informática de la Salud del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King’s College London, en Reino Unido.

El paper fue titulado «Predisposición poligénica, duración del sueño y depresión: evidencia de una cohorte prospectiva de base poblacional», y revela que «las duraciones de sueño subóptimas y la depresión ocurren con frecuencia. El sueño corto y el sueño prolongado se consideran comúnmente como síntomas de depresión», pero nuevas investigaciones sugieren que pueden ser «prodrómicos» (síntomas iniciales que preceden al desarrollo de una enfermedad), comienza el documento dado a conocer el pasado 20 de octubre. «Si bien cada uno representa un proceso de influencia mutua, la direccionalidad entre ellos sigue sin estar clara. Utilizando puntuaciones poligénicas (PGS), investigamos la dirección prospectiva involucrada en la duración subóptima del sueño y la depresión», explica. «Un aumento de la desviación estándar en el PGS para el sueño corto se asoció con un 14% más de probabilidades de inicio de depresión».

Al respecto, cabe mencionar que el sueño corto es aquel que refleja menos de 5 horas de sueño, el sueño óptimo entre 5 y 9 horas y el sueño largo el que conlleva más de 9 horas de descanso. «La predisposición poligénica a dormir poco se asoció con el inicio de la depresión durante un periodo promedio de 8 años. Sin embargo, la predisposición poligénica a la depresión no se asoció con la duración total del sueño, el sueño corto o el sueño largo, lo que sugiere que diferentes mecanismos subyacen a la relación entre la depresión y la posterior aparición de duraciones de sueño subóptimas en los adultos mayores», revela el informe.

Asimismo, la investigación advierte que «la prevalencia de la depresión aumenta con la edad, pero se estabiliza en adultos de 55 a 74 años. Los adultos mayores también tienden a experimentar una trayectoria descendente de la duración óptima del sueño a medida que envejecen. Dado el fenómeno mundial del envejecimiento de la población, surgió la necesidad emergente de comprender mejor el mecanismo que impulsa el nexo entre las duraciones subóptimas del sueño y la aparición de la depresión en los adultos mayores» y «la bidireccionalidad reveló que los trastornos del sueño predicen la depresión de manera más consistente que la depresión predice los trastornos del sueño durante un período de 20 años».

Por otra parte, «aunque los factores ambientales contribuyen sustancialmente a la duración subóptima del sueño y a la aparición de la depresión, estos rasgos son altamente hereditarios». Además, «debido a la probabilidad de confusión socioeconómica, ambiental y conductual en los estudios fenotípicos, los análisis de sensibilidad se ajustaron adicionalmente para la educación, la riqueza, el tabaquismo, la actividad física, el índice de masa corporal (IMC), los triglicéridos y la limitación de la enfermedad de larga duración».

Finalmente, la publicación sostiene que «este es el primer estudio que utiliza la predisposición poligénica para investigar prospectivamente la direccionalidad entre las duraciones subóptimas del sueño y la depresión, en una gran muestra representativa de la población de adultos mayores» y estos «resultados muestran que la predisposición genética a dormir poco se asoció fuertemente con la aparición de depresión durante el período promedio de 8 años», y concluye que, «de acuerdo con los hallazgos genéticos, la depresión no precedió al sueño prolongado. Esto contrasta con la evidencia observacional presentada de que la depresión tiene una asociación curvilínea con la duración del sueño, por lo que es destacada tanto para el sueño corto como para el sueño largo».