Por qué celebramos al maestro

Esta fecha, el Día del Maestro, tiene que ver con Domingo Faustino Sarmiento quien, durante su carrera política, mostró un gran interés por la educación y su expansión dentro del territorio nacional. Un 11 de septiembre, pero de 1888, este expresidente de la Nación murió en la ciudad de Asunción, en Paraguay, a sus 77 años.

Domingo F. Sarmiento logró llegar a la Presidencia de la Nación entre 1868-1874 y fue un gran propagandista de la necesidad de una ley educativa argentina. La mayoría de sus ideas fueron recopiladas en su texto «De la educación popular» (1849), pero durante su mandato no llegó a sancionar ninguna.

Recién durante el gobierno de Roca se aprobó la Ley N°1.420 de Educación Universal, Obligatoria, Gratuita y Laica.

Asimismo, Sarmiento fue un impulsor de la gratuidad y el acceso universal a la educación, siendo recordado como «el padre del aula» y, medio siglo después de su fallecimiento, honraron su trabajo dedicando esta fecha, el «Día del Maestro», establecido en 1943 durante la Primera Conferencia de Ministros y Directores de Educación de las Repúblicas Americanas, que se llevó a cabo en Panamá.

La Resolución Oficial de aquella conferencia, en algunos de sus pasajes, indica la importancia de la actividad docente, ya que es «una actividad fundamental de la escuela la educación de los sentimientos, por cuyo motivo no debe olvidarse que entre ellos figura la gratitud y la devoción debida al maestro de la escuela primaria (…); que su abnegación y sacrificio guía los primeros pasos de nuestras generaciones y orienta el porvenir espiritual y cultural de nuestros pueblos (…); que ninguna fecha ha de ser más oportuna para celebrar el día del maestro que el 11 de septiembre, día que pasó a la inmortalidad, en el año 1888, el prócer argentino Domingo Faustino Sarmiento».

Agradecemos y les deseamos un excelente día a todas las maestras y maestros que trabajan en la formación de niñas, niños y jóvenes que son el futuro de nuestro país.