Mónica Rufino es una gran amiga que hace 15 años que hace grafología: estudió y se perfeccionó en esta temática. Es consultora, profesora, conferencista e investiga permanentemente sobre todo lo relacionado a la escritura humana. Decidí entrevistarla y conocer sobre este apasionante mundo de la escritura.
¿De qué se trata la grafología?
Es la ciencia-técnica cuyo objeto de estudio es la escritura humana, independientemente de los alfabetos que se utilicen.
¿Qué se manifiesta en la escritura?
La personalidad del escribiente, sea un un niño, un adulto, un joven o un anciano. La escritura es una técnica de comunicación, de registro. Es adquirida, es decir, no nacimos sabiendo escribir. Una vez incorporada esta destreza la personalizamos y proyectamos todo nuestro ser. Cuando somos bebés, en nuestra evolución tenemos manifestaciones pictográficas, tenemos impulsos en la hoja o contra la pared. Esto también se puede estudiar bajo el esquema o la metodología grafológica en una rama que es grafología infantil. La técnica grafológica se puede aplicar tanto a escritura, firmas, números, signo, símbolos y garabatos.
¿Cómo se estudia?
La grafología respeta leyes y principios, partiendo de que cada grafismo es único, individual e inconfundible. Es decir, el trazo es personal, se podrá falsificar pero no hay dos trazos iguales. En la imitación queda la huella del esfuerzo por disimular, e igual puede verse la personalidad del falsificador. Dentro del bagaje de conocimientos grafológicos confluyen otras ciencias auxiliares que le son indispensables, como la anatomía, neurología, estadística, historia de humanidad, matemática, lógica, lingüística, psicopatología y psicología.
¿Entonces sirve como técnica proyectiva?
Exacto. La persona proyecta su sentir, su pensar, su emocionalidad, su afectividad, su temporo-espacialidad. Estamos atravesados por nuestro tiempo y lugar, todo está proyectado en la escritura, en la firma, en el garabato, en el dibujo. Nos sirve para pensar, para conocer cómo realmente siente, cómo actúa y cómo se comunica el manuscríbete. Es más, en la escritura no se puede mentir, porque la misma se devela, se revela a los ojos del buen grafólogo. Decía un gran maestro de grafología: “Falla el grafólogo, no la Grafología”.
¿Para qué sirve saber grafología?
Para conocer y prevenir. Por ejemplo, que los maestros puedan conocer y ayudar a sus alumnos, más allá de sus planes pedagógicos, darse cuenta qué le está pasando al niño y cómo va evolucionando. Casos de violencia intra familiar, de abusos, pueden ser detectados mediante la escritura espontánea. Así como tenemos una edad cronológica tenemos una edad gráfica: mediante la grafología se pueden detectar señales de maduración o no.
¿Recordás un ejemplo concreto que te haya pasado?
Tengo un ejemplo de una chica que me mandó a preguntar sobre alguien y yo le pregunté al ver el escrito si era tartamudo y quedó muy sorprendida, porque no podía creer cómo veía eso en la escritura. A veces parece como si uno tuviera una sensibilidad distinta, cuando en realidad la grafología es una técnica que se aprende, o sea, no es una sensibilidad especial, no es videncia, no son estados alterados de conciencia, es solo el ojo entrenado en observar los trazos saludables de los patológicos, o con debilidades. Allí, el grafólogo se cuestiona y correlaciona conocimientos para arribar a una conclusión: la grafología no diagnostica, solo revela lo que expresa la escritura humana.
¿Cómo utilizás la técnica?
La técnica grafológica consta, en principio, de ocho aspectos, géneros o leyes, dado que todo gesto gráfico tiene un orden, forma, dimensión, inclinación, dirección, continuidad, velocidad y presión. Se inicia con el análisis del espacio gráfico y decimos: «como la persona se mueve en la hoja, se mueve en el mundo y como se mueve en el mundo, se va a mover en la hoja». Esta es el espacio gráfico que tiene dimensiones, donde hay un arriba, un abajo, una derecha, una izquierda y un centro. A la vez, cuenta con una profundidad, porque no escribimos en un plano. Cuando escribimos apretamos el elemento escritor y muchas veces perforamos la hoja. Es decir, queda nuestra huella en la hoja o en la pared, como en el caso de los que hacen graffitis, que también penetran en su espacio de expresión, por eso se pueden analizar bajo la estructura grafológica. La escritura en la hoja es manifestación de vida humana y hay un alma que se expresa. Más allá de lo que dice, por ejemplo, la lista del supermercado, uno puede analizar cómo se encuentra esa persona en el momento que la escribió: si estaba contento, si estaba tranquilo, si tenía algunos indicios de alguna enfermedad física, qué calidad de pensamiento tenía, qué ideas surcaban el cerebro de esa persona.
¿Y a ese tipo de escritura se la puede analizar igual?
Sí se la puede analizar con la misma estructura, claro, teniendo en cuenta el origen de esa escritura el marco situacional es muy importante, el contexto es significativo para una lectura más singular. Por ejemplo, hace cincuenta años, donde los medios de comunicación no eran tan dinámicos la escritura era más lenta, más ornamentada en formas, más grande y ancha en dimensión. Escribimos bajo un modelo histórico: en nuestro caso occidental, luego adecuamos o no la escritura de acuerdo a nuestra personalidad, a nuestra genética y la personalizamos. Eso es lo que se manifiesta desde el punto de vista psicológico.
¿En dónde se aplica la grafología?
En Recursos Humanos para selección y evaluación de personal. Muchas veces una carta de presentación adherida a un CV alcanza para un análisis. Por ejemplo, un postulante está deseando conseguir un trabajo y si presenta una carta con abreviaciones indica que no hay una ubicación en el contexto, se lee como falta de adecuación.
¿En Argentina la Grafología es una carrera?
En Argentina, a partir de fines de los ‘90, es una carrera oficial. Antes era un conocimiento de idoneidad, no había título oficial. Era un aprendizaje parcial de la escritura. Por entonces se estudiaban los aspectos básicos y sus interpretaciones, era un conocimiento fragmentado. A partir de la oficialización se armó un cuerpo de saberes que constituyen un plan de estudios sistematizado, que cuenta con los contenidos multidisciplinarios indispensables para el análisis grafológico integral. Max Pulver decía que el hombre, cuando escribe, dibuja inconscientemente su autorretrato. No nos damos cuenta que dejamos nuestra manifestación personal, nuestra propia huella. Nosotros nos queremos comunicar con otro y escribimos y, a medida que lo hacemos, vamos liberando nuestro inconsciente. Cuando queremos hacer letra prolija, la letra más linda quedaría arriba, pero es la más consciente, entonces es la más refrenada, más controlada, menos natural. Si seguís escribiendo, vas soltando tu hábito escritural, entonces allí se manifiesta aún más tu propio ser con lo cual, la firma es el contenido más inconsciente y más revelador que tenemos.
¿Cualquiera puede aprenderla?
Sí y estaría bueno que todos supiéramos un poquito de grafología para que nos pudiéramos autoconocer. Ver cómo estamos, conocer a nuestro entorno, no solamente por curiosidad sino para dar una ayuda y detectar cuestiones que, generalmente, uno detecta y el ojo avizor de otra persona dice: “¡Uy! algo está pasando porque antes no escribía así”. Por ejemplo, cuando alguien está bajo algún tipo de adicción (ya sea medicamentos o de cualquier otro tipo), la letra se va empastando, se dejan huellas o empastamientos dentro del recorrido gráfico que va haciendo la birome. La bolilla de la birome tiene un ancho específico, pero esta circula de acuerdo a nuestra presión, a nuestro apoyo en el soporte, donde queda nuestra huella.
¿Qué instrumentales usás?
No se puede hacer grafología de café, se deben aplicar los instrumentos y estos son: la lupa, que debe ser de mucho aumento porque tenemos que entrar dentro del trazo de cada gesto que se va expresando; el microscopio; luces para ver cómo percutió en el tramado de la hoja, cómo se fue cortando superficie que contiene la escritura; hoja milimetrada; regla, escuadra y transportador. Los grafólogos necesitamos de todas estas herramientas pero, obviamente, cuando tenemos el ojo entrenado ya sabemos cuánto son 2 mm. para ver el tamaño de la letra, pero hasta que calibramos el ojo necesitamos, sí o sí, aplicar la hoja milimetrada.
¿Es una ciencia multidisciplinaria?
Exactamente, porque tenés que tener conocimientos diversos. Muchos alumnos después, en la carrera, preguntan: “¿por qué tenemos que cursar temas como estadísticas?”. El grafólogo tiene que aprender a sacar promedios, ver los desvíos, estandarizar las muestras. Si no se tienen todos estos conocimientos, no se puede hacer un buen perfil.
¿Qué le dirías a todos aquellos que están pensando en estudiar esta carrera?
Les diría que se apasionen por lo que hacen, que la escritura es un universo de comunicación y de proyección, que todo el tiempo está evolucionando (como la humanidad misma), que no se desanimen. El estudio de la escritura requiere de paciencia, de mirada ecléctica y de actitud de servicio, más que de curiosidad. Si reúnen todas estas cosas, además de un espíritu investigador, no cabe duda que estamos frente a un gran grafólogo.
Todo sobre la grafología
Un comentario sobre “Todo sobre la grafología”
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Gracias Claudia!, gracias radio.cero!, por su calidez y por interesarse en el conocimiento profundo de la personalidad humana.
Les deseo muchos éxitos!!