Alcohol y bienestar… ¿son amigos?

Reuniones sociales, after office con amigos, el cumpleaños de un hijo, un almuerzo familiar y, seguramente, unas copitas para celebrar esa ocasión especial, todo en orden hasta que llegamos a los excesos y comienza a atormentarnos la culpa.

Si nuestro objetivo es sentirnos cada vez mejor con nuestro cuerpo y nuestra mente, muchas veces debemos ser moderados a la hora de consumir harinas procesadas, azúcar refinada, grasas saturadas y, entre esas cosas por moderar, encontramos el alcohol.

Por estos motivos, hoy quiero contarte sobre los efectos del alcohol en nuestro cuerpo a la hora de querer mejorar y mantener nuestra condición física.

El alcohol, si bien no aporta nutrientes, sí lo hace con calorías y dependiendo del tipo de bebida varía. Además, el cuerpo procesa el alcohol como energía antes que el glucógeno o la grasa almacenada, por lo que no vas a oxidar mucha grasa si tu consumo de alcohol es elevado, porque la prioridad del cuerpo humano es eliminar el alcohol. Sabiendo esto, es importante ser moderados con su consumo si nuestro objetivo es perder peso, aunque podemos disfrutar de un trago de vez en cuando y, si escogemos los que aporten menos calorías a nuestro organismo, pues mucho mejor.

El vino tinto encabeza la lista de los más amigables, tiene pocos hidratos de carbono y un alto contenido de antioxidantes. Por su parte, el whisky y licores destilados envejecidos en barricas de madera son una buena opción, pero deben tomarse en pequeñas cantidades debido a su alta graduación alcohólica. Asimismo, la cerveza tiene una gran cantidad de antioxidantes y vitaminas, pero tiene alto contenido de hidratos de carbono y gluten. Los menos recomendados son los cócteles que contienen azúcares o gaseosas. Si vas a elegir estas opciones mejor tener cuidado con las cantidades.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es importante destacar que al ingerir bebidas alcohólicas en exceso incrementa la actividad del sistema nerviosos simpático, nuestro cuerpo se siente más estresado. Así que es recomendable, incluso si nos sentimos bien, recuperarnos al menos unas 10 horas, ya que solo estaremos añadiendo más estrés si realizamos algún tipo de actividad física.

Es sencillo, seguir disfrutando esos ratitos de esparcimiento, unos tragos eventuales o una cena romántica no tienen por qué ser una tortura para nuestro cuerpo, mientras lo hagamos de manera consciente y evitemos los excesos solo estaremos añadiendo gratos momentos.