Reinventarnos y aceptar los cambios

En esta nueva etapa de contenidos para realizar cambios personales, te propongo comenzar con las siguientes recomendaciones para comprender lo positivo de reinventarnos.

«Todos piensan en cambiar el mundo pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo», interpeló León Tolstói, y «Pocas cosas resultan tan tristes como observar a alguien que está firmemente convencido de que no necesita cambiar. No hay mayor insensatez que creer que ya está todo aprendido. No se trata de volvernos del revés, se trata de evolucionar y seguir creciendo, se trata en suma de madurar», compartió un anónimo.

Me sorprende encontrarme con personas que se resisten a cambiar. En muchos sentidos, es como si ellos se resistieran a la vida misma. Solo tenés que darte cuenta que la vida es una experiencia de crecimiento y crecer, por definición, implica un cambio. En esencia no cambiar significa que no existe crecimiento personal, porque son en realidad sinónimos.

Si mirás hacia atrás en tu vida, creo que vas a descubrir que te reinventás desde el principio. Cuando aún eras chico tuviste una visión del futuro basado en tu limitado conocimiento y experiencia. Es posible que pensaras que querías ser bombero o una bailarina cuando fueras grande, pero… la vida, probablemente, te llevó por otro camino.

¿Te convertiste en aquella visión que tuviste en tu infancia?

Seguramente, al crecer no cumpliste con la visión de vos que tuviste en la infancia. ¿Por qué no? Posiblemente, porque en el momento en que eras adolescente te volviste a reinventar por completo. Habías adquirido nuevos conocimientos y viviste nuevas experiencias. La percepción del mundo a tu alrededor y tu lugar dentro de él habían cambiado.

En lugar de ver la vida desde el punto de vista de un niño, estabas comenzando a ver las cosas como un adulto joven. Ya no eras la misma persona. ¿No habría sido ridículo no cambiar en ese momento de tu vida? Por supuesto que sí, porque el crecimiento requiere cambio.

¿Qué pasó después?

A tus veintitantos años probablemente hayas tenido que reinventarte de nuevo. ¿Por qué? Las mismas razones que antes: más conocimiento y experiencia. En otras palabras, creciste y te convertiste en una versión nueva y diferente.

Ahora, dejame preguntarte algo, ¿en qué etapa de tu vida te imaginás que este proceso se detiene? ¿Cuándo la necesidad de reinventarnos deja de existir? Si seguiste mi razonamiento hasta este momento, vas a notar que solo existe una única respuesta a esta pregunta. ¡La necesidad de reinventarnos a nosotros mismos solo se detendrá cuando nuestro crecimiento y nuestro desarrollo personal se detengan! No vas a poder dejar de crecer sin producir un cambio en vos.

Cuando comenzamos a tener nuevos conocimientos y los ponemos en práctica, esto te cambia como persona. Cuando tenemos nuevas experiencias y aprendemos de ellas, esto te cambia. Cuando tu forma de actuar se basa en lo que aprendimos, entonces esto se llama crecimiento. Así que, mientras continuemos creciendo, tendremos que reinventarnos periódicamente.

Resistirse a este proceso de crecimiento y cambio puede tener un efecto muy negativo en nuestro sentido de la alegría y en el propio entusiasmo por la vida. Si nos damos cuenta en algún momento específico que necesitamos cambiar y, sin embargo, nos negamos a hacerlo, entonces vamos a crear un conflicto interno. Esto ocurre así porque nuestra propia resistencia bloqueó el verdadero propósito de nuestro ser interior.

«El progreso es imposible sin el cambio y aquellos que no pueden cambiar sus mentes no pueden cambiar nada”. Tan cierta la afirmación de George Bernard Shaw.

No temas reinventarte y cambiar

Cuando nos reinventamos es como si multiplicáramos nuestra base de conocimiento y nuestra propia perspectiva. Esto nos permite considerar las cosas desde diferentes ángulos. No renunciamos a nuestro antiguo ser, simplemente añadimos otra dimensión a la misma.

Por ejemplo, para tener éxito en el matrimonio no podemos mantener la misma mentalidad que teníamos cuando éramos solteros. Tenemos que reinventarnos y adoptar un nuevo punto de referencia completamente diferente. Pero todavía podemos relacionarnos con el estilo de pensar de una persona soltera. No perdimos esa capacidad, simplemente añadimos otra. Nos volvimos una persona más multidimensional de lo que éramos antes.

¡Disfrutá la vida y aceptá el cambio!

No puedo contar el número de veces que me reinventé. Como resultado de esto, mi vida fue una aventura increíble y emocionante. Este es un tema muy común que parece fluir a través del campo del desarrollo personal. Si prestás atención a las historias personales de los demás que están relacionadas de alguna manera con este tema, te vas a dar cuenta de que todos ellos se reinventan periódicamente.

Cada vez que añadimos una nueva dimensión a nuestra vida, adquirimos conocimientos, experiencia, inteligencia y otra visión del mundo. A lo largo de toda una vida, esto se convierte en un pozo profundo de sabiduría que podemos aprovechar. Esta riqueza de sabiduría solo puede venir a través de la experiencia. Esa es una riqueza que nunca podremos llegar a tener a menos que aprendamos a aceptar el cambio en nosotros mismos.