THC, el responsable del bajón

Seguramente hayas escuchado sobre el famoso “bajón” o “munchis” que se genera luego de fumar cannabis. Esa sensación de apetito intenso y voraz seguido del placer de ingerir algún alimento contundente, grasoso o dulce, es el resultado de un proceso químico en nuestro cerebro.

Si estás a dieta quizás no sea muy llamativo este efecto, pero si se transita por una patología en la que el deseo de comer se haya visto afectado o disminuido, el THC puede ser la solución más natural como tratamiento coadyuvante.

¿Qué es el “bajón” o “munchis”?

Para profundizar en el tema, consultamos con el profesional Roger Mario Horna Minaya, médico recibido de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), que acompaña hace 7 años a consultantes con una propuesta integral en la construcción de la salud teniendo en cuenta al cannabis como medicina. Según Roger, hasta donde se sabe por la experiencia de los consumidores de cannabis vía inhalada, lo que relatan es lo que comúnmente llamamos “bajón” o “munchis”, que tiene que ver particularmente con efectos mediados por el THC que estimula el centro del apetito ubicado en el hipotálamo, específicamente, los receptores CB1.

Efecto adverso y aliado de tratamientos

Aunque el efecto de apetito no genera mayores complicaciones, puntualmente este se propone como un efecto adverso en cuanto al uso de THC. Sin embargo, ciertos cuadros clínicos se ven beneficiados por este efecto como, por ejemplo, los cuidados paliativos que son situaciones que se cursan con anorexia y pérdida de peso. Se utiliza también en pacientes con VIH y oncológicos que transitan quimioterapia en los que hay un deterioro del estado general, pérdida de masa muscular, peso y apetito. En estos casos es aprovechado el efecto adverso como una propuesta de tratamiento muy beneficioso. “Más allá de hacer que se ingiere más comida, también genera una sensación de placer y aumenta la sensibilidad en cuanto al disfrute de los alimentos, algo muy importante cuando se transitan patologías tan agresivas”, señala el profesional.

Por otro lado, se puede evaluar el efecto también en pacientes que necesitan grandes dosis de THC en tratamientos de dolor, ansiedad o trastornos del sueño. En este caso, se comunica a los consultantes que es importante observar y registrar si hay aumento de peso o mucho más apetito del esperado. “Quizás, el efecto que resulta beneficioso para un grupo de pacientes es adverso para otro, por eso es importante el seguimiento de los objetivos terapéuticos y, en este caso puntual, el de la aplicación de THC en grandes cantidades” recalca el médico.

Una investigación de 2013 en Israel revisó el efecto del cannabis herbal en pacientes oncológicos. El resultado demostró mejoría significativa de náuseas, vómitos, estado de ánimo, fatiga, descenso de peso, anorexia, constipación, disfunción sexual, trastornos en el sueño, prurito y dolor en los individuos que asociaron cannabis herbal a su tratamiento.