Una nueva bandera ambiental

Este martes se celebra el Día de la Bandera en Argentina, y es una buena oportunidad para que pensemos juntos, al igual que Manuel Belgrano, a quienes algunos llaman el primer ecologista de estas tierras, en una «nueva bandera», entendida como objetivo a alcanzar, a través de propuestas superadoras reales, concretas, accesibles, ya sin esperar el accionar de las grandes empresas sean de aquí o de allá.

El accionar de Belgrano en el Consulado de Buenos Aires, organismo importante en el Virreinato del Río de La Plata, a fines del Siglo XVIII y principios del XIX, tuvo mucha repercusión, incluyendo propuestas de reforma agraria, reparto de tierras y conservación de la naturaleza. «Hay que forestar, hay que plantar árboles, ya que los árboles son clave para regular el agua y mitigar el clima».

Sí, lo afirmó Manuel Belgrano hace 200 años. Sabemos que hay personas en movimiento, que hay organizaciones no gubernamentales, y también de los gobiernos, ya sean municipales o regionales, que están trabajando y mucho.

¿Estamos ante un momento tan preocupante?

Basta con ver los relevamientos de las ciudades más contaminadas en todo el mundo para hacernos una idea, sobre todo, para entender la multiplicidad de causas, con las obvias múltiples consecuencias. Porque no es solo el dióxido de carbono que se emite desde las industrias, transportes o el gran consumo energético. En estos informes vemos grandes cantidades de basurales, falta de políticas de reciclaje, situaciones de guerras constantes con destrucción de edificaciones, escasez de agua potable…

En Argentina, científicos del CONICET elaboraron hace unos años un ranking de las ciudades con mejor y peor calidad ambiental, cuyo trabajo demandó 5 años de investigaciones, tomando como datos relevantes no solo los problemas sino los recursos naturales y los recursos socialmente construídos. La ciudad con mejor calidad ambiental de Argentina es Merlo, en San Luis, el principal centro turístico de esa provincia y de buena parte de la región central del país. En cambio, el lugar con peor calidad es Limay Mahuida, en el oeste de La Pampa, un lugar que se convirtió en árido y que solo cuenta hoy con 300 habitantes.

¿Soluciones, propuestas?

Hay diversas propuestas, cada vez más innovadoras, con acciones simples por un lado y muy complejas y costosas por otro, para frenar el calentamiento global y, a su vez, mejorar nuestra calidad de vida. Y van más allá de las que ya estamos realizando (separar basura, reciclar, consumir energía eficientemente). Desde lombrices en los cestos de basura para descomponer residuos orgánicos, pasando por telas especiales que cubren los glaciares para que no se derritan, hasta llegar a centrales gigantes espaciales, con grandes paneles solares que reenvíen desde el espacio a nuestro planeta la energía.

Feliz Día de la Bandera y pasemos a la acción para frenar el calentamiento global.

Artículo elaborado especialmente para puntocero por Javier Casemayor.