Para lograr una comunicación efectiva con otra persona tenemos que empezar por analizar cómo está la comunicación conmigo, con mi propia pareja interna. Si no me escucho, si no me atiendo, si no me reconozco, si no sé lo que quiero y lo que no quiero, lo que busco, lo que necesito, cuál es mi deseo, imposible que esto pueda exigírselo a otro si no reviso mi interior.
Es ahí cuando nos relacionamos desde un lugar de falta, proyectando en el otro nuestras propias carencias y miserias y esperando, milagrosamente, que el otro pueda entenderme cuando ni siquiera sé quién soy. Entonces surgen los malos entendidos y las peleas que, en el fondo, esconden disputas de poder, de dominio del otro, porque cuando no busco ese poder en mí que me lleve y potencie hacia la autonomía, el empoderamiento, la autorrealización, inevitablemente voy a confundir y disfrazar el poder personal, de afianzamiento de mi yo, más auténtico y creativo, en un falso poder que se alimenta de tomar del otro lo que no puedo darme.
En otras palabras, somos el resultado de lo que hicieron de nosotros y estamos formados por un cuerpo, vínculos o una red familiar, de pareja y amigos, compañeros y conocidos, una mente con pensamientos y emociones que incluyen nuestros proyectos en la vida para desarrollarnos. En síntesis, somos conducta, emoción y espíritu. Por lo general, nos regimos por uno o dos de estos mundos en simultáneo, dejando los otros de lado. La idea es que podamos movernos en congruencia con todos.
Otro de los aspectos de la comunicación efectiva es la asertividad, que suele definirse como un comportamiento comunicacional en el que la persona ni agrede ni se somete a la voluntad de otras personas sino que expresa sus convicciones y defiende sus derechos. Se trata de una categoría de comunicación vinculada con la alta autoestima y que puede aprenderse como parte de un proceso amplio de desarrollo emocional. Se define como una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia. La asertividad, impide que seamos manipulados por los demás en cualquier aspecto, además de valorar y respetar a los otros recíprocamente.
En este punto, podemos encontrarnos con distintas conductas para la comunicación como, por ejemplo, la conducta pasiva. Es aquel estilo de comunicación propio de personas que evitan mostrar sus sentimientos o pensamientos por temor a ser rechazados o incomprendidos u ofender a otras personas. Infravaloran sus propias opiniones y necesidades y dan un valor superior a las de los demás.
Algunas características
No defiende sus intereses. Hace lo que le dicen sin importar lo que piensa. Volumen bajo de voz, vacilaciones, silencios, poca fluidez. Poco contacto ocular, mirada baja, postura tensa, incómoda. Conducta verbal: “quizás”, “te importaría mucho…”, “no te molestes”, “realmente no es importante” o “me pregunto si…”.
La conducta agresiva es un estilo de comunicación que se sitúa en un plano opuesto a la pasividad, caracterizándose por la sobrevaloración de las opiniones y sentimientos personales, obviando o incluso despreciando las opiniones de los demás.
Otras características
Piensan que, si no se comportan así, son demasiado vulnerables; sitúan los patrones de comportamiento en términos de ganar o perder; piensan que hay gente que merece ser castigada; pelea, acusa, interrumpe, amenaza, agrede a las demás sin tener en cuenta sus sentimientos; conducta no verbal: mirada fija, voz alta, gestos de amenaza, habla rápida y fluida, mensajes impersonales, postura intimidadora; volumen de voz elevado, poca fluidez, interrupciones.
La conducta asertiva es aquel estilo de comunicación abierto a las opiniones ajenas, dándoles la misma importancia que a las propias. Parte del respeto hacia los demás y hacia uno mismo, aceptando que la postura de los demás no tiene por qué coincidir con la propia y evitando los conflictos sin por ello dejar de expresar lo que se quiere de forma directa, abierta y honesta. No van a ganar sino a llegar a un acuerdo. Una persona asertiva suele ser tolerante, acepta los errores, propone soluciones factibles sin ira, se encuentra segura de sí misma y frena pacíficamente a las personas que les atacan verbalmente.
Más características
Expresa lo que quiere y desea de un modo directo, honesto, de forma adecuada, que claramente indica lo que desea de la otra persona, pero mostrando respeto por ella, con el mínimo coste emocional, manteniendo una buena relación con las personas implicadas; discrepa abiertamente, pide aclaraciones, dice “no”, sabe aceptar errores; defiende sus propios intereses; expresa opiniones y sentimientos libremente; conducta no verbal: contacto ocular directo, habla fluida, gesto firme, mensaje en primera persona, respuestas directas, verbalizaciones positivas; conoce sus derechos y los defiende.
La comunicación es efectiva cuando le comunico a un otro lo que quiero decir y ese otro entiende el mensaje que recibe. Por lo que esto significa para el que comunica, expresará un claro mensaje de pedido u opinión y, para el que recibe (receptor), estar libre de prejuzgamiento y escuchar efectivamente lo que el mensaje trae.