Hambruna por cambio climático

Madagascar se convertirá en el primer país del mundo en sufrir la hambruna como consecuencia del calentamiento global. Así lo aseguran representantes de Amnistía Internacional previamente a la realización de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26).

El informe, titulado sin titubeos «It will be too late to help us once we are dead» («Ya será tarde para ayudarnos cuando hayamos muerto»), revela «los efectos de la sequía para la población del Gran Sur de Madagascar, donde el 91% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. La organización insta a la comunidad internacional a adoptar medidas inmediatas para abordar la crisis del clima y proteger a la población de países como Madagascar, que son sumamente vulnerables a los efectos del cambio climático».

Cabe mencionar que la nación insular africana lleva cinco años consecutivos con registros de lluvias por debajo de la media. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) alertaron en el mes de mayo que alrededor de 1,14 millones de personas se enfrentaban a «altos niveles de inseguridad alimentaria aguda en el sur» y «casi 14.000 estaban en situación de catástrofe”, el máximo nivel de inseguridad alimentaria según la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (CIF).

Además, desde FAO informaron que 95% de las personas que sufren inseguridad alimentaria aguda en el sur de Madagascar dependen de los recursos que brinda la agricultura, ganadería y pesca. Asimismo, la merma en la cantidad de lluvias provocó una grave reducción en la producción de alimentos básicos como arroz y yuca, así como en el tamaño y las condiciones físicas del ganado.

Sobre esta crisis, Oline Ampisoa (63 años), una campesina malgache, contó que «cuando podíamos cultivar, comíamos bien. Pero ahora, durante el día, solamente bebemos un poco de agua caliente. A la hora de cenar solemos repartir tres latas de arroz entre toda la familia. Y somos 12 personas”. Irónicamente, el continente que menos emisiones de dióxido de carbono emite sobre el planeta es el primero que está pagando las consecuencias por el calentamiento global.

“Madagascar está en primera línea de la crisis climática. Para un millón de personas, significa una sequía de proporciones catastróficas y violaciones de su derecho a la vida, a la salud, a la alimentación y al agua. Podría significar morir de hambre. Está sucediendo ya. Las previsiones actuales sobre el cambio climático indican que las sequías serán más severas y afectarán de manera desproporcionada a la población de países en desarrollo. De cara a las negociaciones de la ONU sobre el clima en la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP16), esto es una advertencia a los dirigentes mundiales para que dejen de remolonear ante la crisis climática”, advirtió la secretaria general de la entidad, Agnès Callamard. “La comunidad internacional debe ofrecer de inmediato más ayuda humanitaria y financiación a la población malgache afectada por la sequía para compensar los daños y pérdidas sufridos. Con vistas al futuro, los países que más contribuyeron al cambio climático y aquellos que disponen de más recursos deben, asimismo, ofrecer apoyo económico y técnico adicional a la población de Madagascar para que pueda asimilar mejor los efectos del cambio climático, como unas sequías cada vez más agudas y prolongadas», concluyó en un comunicado la representante de Amnistía Internacional.

Al respecto de las medidas urgentes, solicitan a «los dirigentes mundiales que adopten medidas concretas y enérgicas para recortar colectivamente las emisiones de carbono al menos un 45% respecto a los niveles de 2010 antes de 2030, y llegar a cero emisiones antes de 2050». «El escenario del sur de Madagascar es horroroso e inaceptable”, manifestó la activista Marie Christina Kolo en el evento de presentación del documento de Amnistía Internacional. «Existen números y estadísticas para explicar esta situación, pero no debemos pensar en ella solamente con cifras. Detrás de esos números hay personas reales que están sufriendo muchísimo”, recordó.