Qué tener en cuenta al cocinar

Cuando pensamos en nuestra alimentación, no solo tenemos que considerar la calidad nutricional de los alimentos sino también tener presente la seguridad higiénico-alimentaria al manipular los mismos, ya sea desde el trabajo en la cocina de un restaurant, institución, comedor o en nuestro hogar. De esta forma, contribuimos a reducir el riesgo de transmitir enfermedades a través de los alimentos (ETA). Estas constituyen un importante problema de salud a nivel mundial. Son provocadas por el consumo de agua o alimentos contaminados con microorganismos o parásitos, o bien por las sustancias tóxicas que aquellos producen.

Foto: www.ms.gba.gov.ar
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La preparación y manipulación de los alimentos son factores claves en el desarrollo de las ETA, por lo que la actitud de los consumidores resulta muy importante para prevenirlas. De hecho, las estadísticas elaboradas por el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades Transmitidas por Alimentos indican que prácticamente el 40% de los brotes de ETA reportados en la Argentina ocurren en el hogar.
Los alimentos se pueden contaminar en cualquier momento, desde que son producidos en el campo hasta que son servidos en la mesa. Cuando estos microorganismos sobreviven y se multiplican pueden causar enfermedades en los consumidores. Debido a que la contaminación es difícil de detectar, ya que no se altera el sabor, color o aspecto de las comidas, tenemos que ser muy cuidadosos al manipular los alimentos y hacer uso de las buenas prácticas que a continuación voy a citar:
Mantené la higiene
Lavate las manos antes de preparar alimentos y varias veces durante su preparación. Hacelo también luego de cada vez que vayas al baño.
Foto: recetasdecocina5.wordpress.com
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Lavá y desinfectá todas las superficies, utensilios y equipos usados en la preparación de alimentos.
Protegé los alimentos y las áreas de la cocina de insectos, mascotas y de otros animales.
Separá los alimentos crudos de los cocidos.
Apartá siempre los alimentos crudos de los cocidos y de los listos para consumir.
Para manipular carnes y otros alimentos crudos, usá equipos y utensilios diferentes, como cuchillas o tablas de cortar.
Conservá los alimentos en recipientes separados, a fin de evitar el contacto entre los crudos y los cocidos.
Los alimentos crudos pueden estar contaminados con bacterias peligrosas y estas transferirse a comidas cocinadas o listas para consumir, ya sea durante su preparación o conservación.
Cociná completamente
Prepará bien los alimentos, especialmente carnes, pollos, huevos y pescados.
Foto: www.directoalpaladar.com
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Herví las comidas como sopas y guisos, para asegurarse que alcanzaron 70°C (se recomienda el uso de termómetros). Para carnes rojas y pollos, cuidá que no queden partes rojas en su interior.
Recalentá completamente la comida cocinada.
La correcta cocción mata casi todas las bacterias peligrosas. Diversos estudios señalan que cocinar el alimento, de manera que todas sus partes alcancen 70° C, garantiza la inocuidad de su consumo.
Mantené los alimentos a temperaturas seguras
No dejes alimentos cocidos a temperatura ambiente durante más de 2 horas.
Enfriá lo más pronto posible los alimentos cocinados y los perecederos (preferentemente por debajo de 5° C).
Mantené bien caliente la comida lista para servir (por encima de los 60° C).
No guardes las comidas preparadas por mucho tiempo, ni siquiera en la heladera.
No descongeles los alimentos a temperatura ambiente.
Si el alimento es conservado a temperatura ambiente, algunas bacterias pueden multiplicarse muy rápidamente. En cambio, por debajo de los 5° C o por encima de los 60° C, el crecimiento bacteriano se hace más lento o se detiene. De todas maneras, algunas bacterias peligrosas pueden desarrollarse a temperaturas menores a 5°C.
Foto: homefoodsafety.org
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Usá agua y alimentos seguros
Utilizá agua de red o asegurate de potabilizarla antes de su consumo.
Foto: www.lucchetti.cl
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Seleccioná alimentos sanos y frescos.
Elegí alimentos ya procesados, tales como la leche pasteurizada.
Lavá las frutas y las hortalizas en forma minuciosa, especialmente si se consumen crudas.
No consumas alimentos ni los utilices para su preparación después de la fecha de vencimiento.
Otras recomendaciones a tener en cuenta
No vuelvas a congelar un alimento que ya fue descongelado, a menos que lo cocines antes de colocarlo nuevamente en el freezer.
Conservá refrigerados especialmente aquellos alimentos en base a cremas o mayonesas. Te recomiendo preferir la mayonesa comercial a la casera.
Si consumís mariscos, asegurate de que no sea tiempo de veda por la Marea Roja.
Conservá los huevos en la heladera y en su envase de expendio, separados de otros alimentos listos para ser ingeridos. Elegí el consumo de huevos totalmente cocidos (duros).
Foto: www.telemundo52.com
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Consumí los huevos frescos dentro de los treinta días posteriores a su compra y los cocidos (duros) antes de los siete.
Al abrir una lata de conservas, transferí todo su contenido a un envase de vidrio o plástico. Nunca conserves el excedente en el envase original.
No utilices envases de uso alimentario (especialmente los retornables) para contener otras sustancias como detergentes, solventes, insecticidas, etc. Tampoco uses los recipientes de otros productos para guardar alimentos.
Constatá la integridad de los envases que se adquieren. No compres aquellos que se encuentren en malas condiciones (latas o tetra packs abollados, hinchados u oxidados, o que se hallen en bolsas plásticas perforadas).
Foto: laiveesvida.com
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Antes de comprar un alimento, controlá que su envase posea fecha de vencimiento y número de registro. Si no los tiene, denunciá la situación ante la autoridad competente.
No guardes alimentos junto a productos de limpieza.
Fuente: Departamento de Vigilancia Alimentaria del INAL-ANMAT.