Corea finaliza su peor tradición

Corea del Sur aprobó la ley por la que se pone fin a la cría, matanza, distribución y comercialización de carne de perro para el consumo humano.

La normativa fue propuesta por el Partido del Poder Popular (PPP) y aprobada por la Asamblea Nacional por 208 votos a favor y 2 abstenciones. De esta forma, el Parlamento coreano consumó el proyecto que encabezó el gobierno e impulsó la primera dama, Kim Keon-hee, que tendrá una plena entrada en vigencia en tres años y sancionará con hasta dos años de cárcel a quienes no cumplan la ley.

Asimismo, el Estado se va a responsabilizar en la transición para que, quienes se desarrollan en esta industria, migren a otras actividades económicas, porque las multas rondarán los 30 millones de wones (22.707 dólares), que estiman en 1.600 restaurantes, 220 distribuidoras, 34 matarifes y 1.150 explotadoras de canes para el consumo por personas. Aunque se trata de una tradición, varias generaciones aseguran no haberla probado en sus vidas.

Un dato escalofriante de esta industria es que, «además de su vida de sufrimiento en la granja, el método utilizado para matar a los perros es brutal: la muerte por electrocución es la más común, ya que los perros suelen tardar hasta cinco minutos en morir (y se registraron casos de perros que tomaron hasta 20′ para morir). También se practica el ahorcamiento. Los perros se matan a plena vista de los otros perros», advierten desde la organización Humane Society International (HSI).

Finalmente, vale citar que esta entidad calcula la crianza de más de dos millones y medio de perros destinados anualmente a la alimentación humana en Corea del Sur, mientras que la cifra asciende a 30 millones en el continente asiático, que incluyen mascotas robadas y perros callejeros. «La mayoría de los ciudadanos rechaza comer perros y quiere ver ese sufrimiento relegado a los libros de historia», expresó Chae Jung-ah, directora ejecutiva de HSI Corea.