El pasado 5 de mayo se conmemoró el Día Mundial de la Celiaquía, una fecha designada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para reflexionar y concienciar sobre esta enfermedad.
¿Qué es la celiaquía y cuáles son sus síntomas?
La celiaquía es una afección caracterizada por la intolerancia al gluten, una proteína presente en algunos cereales como el trigo, la avena, la cebada y el centeno. Esta intolerancia puede causar lesiones en la mucosa intestinal, afectando la absorción de nutrientes esenciales y llevando a la desnutrición. Puede manifestarse con una variedad de síntomas desde leves hasta más severos, tales como pérdida de apetito, de peso, diarrea crónica, anemia, distensión abdominal, hasta debilidad en las uñas, cansancio y falta de concentración. Es importante prestar atención a estos síntomas y buscar orientación médica para que se pueda llevar a cabo un diagnóstico certero y confiable.
Tratamiento y cuidado
Una alimentación sin gluten de por vida es el tratamiento principal para la enfermedad celíaca. Esto implica eliminar completamente todos aquellos alimentos que contengan trigo, cebada, avena y centeno, así como evitar cualquier producto contaminado con estos cereales. Las Guías Mundiales de la Organización Mundial de Gastroenterología (OMG) proporcionan recomendaciones específicas sobre la dieta y el cuidado de los pacientes con esta condición.
Consejos para una alimentación libre de gluten y para prevenir la contaminación cruzada
Alimentos permitidos: existen diversas harinas sin gluten que pueden ser utilizadas en la preparación de alimentos para reemplazar la harina de trigo, como la harina de arroz, de maíz, de soja, almendras, la harina de semillas de amaranto, las de legumbres como la de garbanzos y arvejas. Además, existen premezclas sin gluten que se venden en los supermercados para elaborar diversas preparaciones.
Al momento de la compra de alimentos, hay que tener en cuenta que el producto tenga el logo apto celíacos; que sea un alimento en envase cerrado; evitar realizar las compras en dietéticas a granel; chequear en el listado de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) que el alimento que tiene el logo esté vigente (puede ocurrir que por problemas en la fábrica el certificado se haya caído. La certificación se renueva mes a mes); evitar comprar alimentos caseros no analizados.
Al momento del almacenamiento, es fundamental: tener un sector, como un estante exclusivo, donde se puedan almacenar los alimentos, separado de aquellos que tienen gluten; conservar los alimentos sin gluten en recipientes cerrados herméticamente en la heladera.
Al momento de la elaboración de preparaciones, tener en cuenta: tener ollas y utensilios de uso exclusivo para las preparaciones sin gluten; limpiar y desinfectar las superficies y utensilios; preparar primero la comida sin gluten y luego aquella con gluten; tanto la manteca, como la mermelada y otros alimentos para untar deben conservarse en recipientes exclusivos; no utilizar el mismo método de cocción (aceite para fritura o agua para hervido) de alimentos con y sin gluten; higienizar correctamente repasadores, delantales y rejillas.
Al momento de servir: servir la comida sin gluten en recipientes exclusivos, sin contacto con aquellos que sí contienen gluten.
A pesar de los avances en cuanto a la concienciación sobre la enfermedad celíaca, persisten desafíos que obstaculizan en muchas ocasiones la adherencia al tratamiento, como el alto costo de los alimentos sin gluten, las situaciones sociales, entre otras. Por lo tanto, será fundamental trabajar en conjunto paciente, nutricionista y médico para poder transitar el tratamiento con estrategias que lo simplifiquen y conviertan en ameno.
En este Día Mundial de la Celiaquía, es clave concienciar, apoyar y buscar soluciones para aquellos que enfrentan los desafíos de esta enfermedad a diario.
Para obtener más información sobre la enfermedad celíaca, visitá el sitio web de la Asociación Celíaca Argentina, sintacc.org.ar.